CANTINA
DE MOS EISLEY
Viendo el exterior de la
cantina de Mos Eisley pocos podrían sospechar la extraña y peligrosa colección
de alienígenas que buscan en su interior la sombra, hacer negocios o
refrescarse. Tras entrar en el establecimiento el cliente pasa a un cuarto
oscuro. El intervalo de tiempo en el que los ojos del cliente se acostumbran al
cambio de la resplandeciente luz del sol al oscuro interior da tiempo a la
gente del bar para revisar al recién llegado.
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Unos cuantos escalones
más abajo está la sala principal donde uno encuentra una serie de reservados y
mesas. En una esquina una banda toca en vivo y un rudo camarero sirve exóticas
bebidas tras una barra circular.
Aquí se puede encontrar a
muchos de los mejores pilotos de cargueros que visitan Tatooine. Todo tipo de
tratos se hacen en las sombras, muchos de ellos peligrosos y para nada legales.
Cualquier cosa puede ocurrir en este lugar salvo por un par de condiciones: los
droides no están permitidos en el interior y si tienes una disputa deja los
blasters fuera de ella.
Antes de salir de
Tatooine, Luke tuvo una primera visión de lo que podía prometer la vida entre
las estrellas. El inocente granjero nunca había visto tantos alienígenas en un
lugar y la violenta clientela podría verlo como un blanco fácil. Dos
malhechores trataron de pelearse con el joven, pero Obi-Wan Kenobi intervino
despachando a los brutos con un rápido mandoble de su sable.
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UNIVERSO
EXPANDIDO
Localizada en el centro
del Barrio Antiguo, la cantina de Mos Eisley está justo al otro lado de la
polvorienta calle del accidente de la Reina Viuda. Es una de las primeras
estructuras construidas en Mos Eisley con la intención inicial de ser un
refugio y arsenal para protegerse contra los ataques de los moradores de las
arenas. Cuando los ataques no ocurrieron, la casa se convirtió en bar y la
cantina cambió de manos muchas veces.
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El bar en la actualidad
pertenece a un wookiee llamado Chalmun, quien compró el edificio con los
beneficios que estafó en el juego en Ord Mantell. Chalmun raramente sale de su
oficina situada en la parte de atrás y contrata a varios camareros para servir
las bebidas. El amargado Wuher tiene la mayoría de los turnos, pero la favorita
de todos los habituales es la madura Ackmena.
El desagrado de Chalmun
por los droides le llevó a instalar un detector de droides en la entrada
frontal. Sus gorgoritos alertan a los clientes de la presencia de mecánicos.
Salvo eso, hay pocas reglas que regulen el comportamiento en la cantina. Aunque
no hay mesa de juego en la cantina siempre se están jugando al menos media
docena de juegos de azar en la sala principal.
Aunque Chalmun al
principio dudaba, finalmente cedió a las demandas de los empleados y clientes y
contrató a un grupo para actuar en vivo. Admite que las animadas melodías de
Figrin D’an y sus Modal Nodes habían ayudado a disuadir la violencia en su bar.
El bar central es de alta
tecnología aunque obsoleto y es capaz de sintetizar virtualmente cualquier
bebida conocida en el sector. El ordenador de mezclas sabe más de 1600 recetas,
pero desde luego, Chalmun no tiene todos los ingredientes requeridos en
existencia.
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