LANZADERA NEIMOIDIANA
Para ir de una a otra de las
grandes naves de la Federación de Comercio o a la superficie de los planetas
conquistados económica o militarmente, los oficiales neimoidianos utilizaban
las distintivas lanzaderas neimoidianas de tren de aterrizaje curvado, parecido
a las patas de un insecto que salían de la panza de la nave, dándole la
apariencia de unas tenazas cuando estaba posada.
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Los oficiales de la Federación, como Nute Gunray, utilizaron el mismo modelo para escapar de la sitiada Geonosis al
principio de las Guerras Clon. El líder militar de la Confederación, el General Grievous, utilizó una lanzadera neimoidiana para llegar a Utapau tras su
fallida huida de Coruscant con su cautivo el Canciller Palpatine.
UNIVERSO EXPANDIDO
La lanzadera de la clase
Sheathipede es una nave de corto alcance par viajar por la superficie de un
planeta o desplazarse a una nave mayor que esté en órbita. Como mucha de la
tecnología neimoidiana, la nave recuerda a un gran insecto con sus afilados
brazos de aterrizaje. Las
lanzaderas fueron diseñadas y construidas por Ingeniería Haor Chall, la
compañía que creó muchos de los vehículos y naves del ejército de la Federación
antes y durante las Guerras Clon. Las naves tenían interiores hechos a medida,
equipados según las especificaciones de cada cliente.
Aunque la Federación
tenía unas pocas lanzaderas estándar para los ejecutivos de bajo nivel, la
mayor parte eran únicas para cada director ejecutivo que la poseía. La
configuración estándar de las lanzaderas se completaba con una cabina frontal
tripulada por un piloto, normalmente un droide de la serie OOM. Sin embargo,
numerosos clientes neimoidianos eliminaban la cabina por completo. Haciendo
todos los controles automáticos el espacio para los pasajeros podía ampliarse.
Esto estaba bien ya que la lujosa
lanzadera no estaba destinada para viajes largos. No tenía hiperpropulsor o
armas, sólo un fuerte escudo. El
Afilalápices que pertenecía al Virrey Nute Gunray no tenía armas, pero sí un
poderoso escudo deflector.
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Una de las cosas más llamativas de la lanzadera era su tren de aterrizaje. Mientras que la mayoría de las naves se caracterizan por tener un tren de aterrizaje plano que permita repartir el peso del vehículo al aterrizar, la Sheathipede tenía cuatro patas que a todo el mundo le parecían las garras de los agresivos escarabajos soldados, que sirvieron de modelo para diseñarla. No sólo eso, las patas rematan en unas puntas sin propósito. Esto casi siempre causa pequeños daños en las plataformas de aterrizaje visitadas por las lanzaderas, casi como una firma despreciativa de la Federación. | |
El Afilalápices
tenía una cámara en lo alto de la rampa de embarque que albergaba a los droides
guardaespaldas durante el viaje equipada con una puerta a prueba de bombas que
los separaba de las habitaciones, aunque esto no era de la satisfacción de
Gunray. Durante la invasión de Naboo la lanzadera todavía tenía piloto. Esta
falta de buen gusto ya se había corregido cuando Gunray utilizó la lanzadera
para huir de Geonosis durante la primera batalla de las Guerras Clon.
El General Grievous desconfiaba de
los sistemas automatizados por lo cual insistió en que hubiese una tripulación
en la nave. Los droides de batalla pilotaban su nave en sus desplazamientos
personales cuando su caza no estaba operativo.
Los ejecutivos
gobernantes tuvieron que reforzar muchas naves durante las Guerras Clon. Una de
estas, un golpe particularmente duro para sus sensibilidades elitistas, fue la
construcción de numerosas lanzaderas de la clase Sheathipede para su uso como
transportes básicos durante la guerra. Entre estas se incluía una versión
armada de la nave. La variante armada de la lanzadera llevaba tres cañones láser, uno a cada
lado bajo la cabina y otro montado en la cima del ala superior. La variante
armada tenía una cabina ligeramente más ancha para permitir situarse al
artillero a la derecha del piloto.
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