QUARREN Los quarren o cabezas de calamar, como se les llama algunas veces, son una especie alienígena que se caracteriza por los cuatro tentáculos que nacen en sus mandíbulas. Tiene unos profundos ojos color turquesa y cada mano está rematada con aletas o dedos succionadores. Los quarren proceden del planeta Mon Calamari, el cual comparten con la especie nativa que le da su nombre. En los últimos días de la República el planeta acuático estaba representado en el Senado Galáctico por el senador Tikkes cuya corrupción le llevó a abandonar la política y pasarse a negocios más lucrativos. En su nómina figuraban dignatarios quarren tales como Tundra Dowmeia, Zil Topur y Nor Wedd.

UNIVERSO EXPANDIDO Los quarren evolucionaron en los océanos de Mon Calamari. Cuando fueron descubiertos por primera vez pos sus compañeros de plantea los Mon Cal (como ellos los llaman), hubo alguna confusión. Los quarren no estaban tan evolucionados culturalmente como los Mon Calamari. A medida que los quarren abandonaban las profundidades del océano para salir a la superficie y se encontraban a sus primos Mon Cal, invariablemente los atacaban. Los calamarianos equipados con mejor tecnología y un mayor intelecto superaban a los quarren siempre. Varios años después, esto casi lleva a los quarren a la extinción. Esto obligó a los Mon Cal a poner en práctica un atrevido y controvertido experimento social. Los Cals habían capturado cerca de un millón de quarren durante las escaramuzas, pero no querían liberarlos por que temían que volviesen a la lucha y forzasen a los Cals a matarlos. En lugar de eso los Cals trataron de civilizarlos. El primer paso fue apartar a los niños de sus padres. Los Mon Cal enseñaron a esta nueva generación de quarren matemáticas, filosofía, ciencias y los otros fundamentos de la civilización. Tras diez años, los jóvenes quarren fueron devueltos a sus padres. Tal y como se esperaba esta generación no tenía nada en común con sus progenitores. Habían aprendido a respetar a sus primos de la superficie en vez de odiarlos. Los jóvenes veían a sus padres y a sus antepasados como unos salvajes, mientras que la generación más vieja pensaba que los Mon Cal le habían lavado el cerebro a los jóvenes. A los 15 años los jóvenes habían asumido el control y a los 20 se había conseguido la coexistencia pacífica con los Mon Cal.

Los quarren preferían las profundidades del océano como hogar, pero por fin las dos especies empezaron a trabajar juntas. Los Cals aportaban grandes ideas y nuevos conceptos a los quarren, mientras que los quarren extraían los metales de las profundidades del océano para convertir estas ideas en realidad. El resultado fue una red de ciudades flotantes en Mon Calamari. Los quarren prefieren vivir en la oscuridad, en las zonas más profundas de las ciudades, mientras que los Cals viven más cerca de la luz del sol. Los quarren y Mon Cal comparten la misma lengua pero mientras los Mon Cal han adoptado el básico, los quarren han permanecido fieles a su lengua oceánica.  Los quarren son pragmáticos y conservadores en comparación con los Mon Cal. Mientras los Mon Cal sueñan con un futuro mejor, los quarren no olvidan su pasado, las escaramuzas y la decepción que percibían en los Cals. Esto condujo a fricciones y hostilidades entre los quarren y los Cals.

Cuando el Imperio trató de someter a los Mon Calamari, muchos quarren se unieron a sus compañeros planetarios para detener la invasión. Otros, sin embargo, no querían saber nada de la Rebelión. Muchos abandonaron su planeta para evitar la venganza imperial que se veía venir. La vida media de esta especie es de 79 años estándar. Los quarren pueden descender a profundidades de hasta 300 metros sin necesidad de respiradores. Cuando descienden hasta los 50 metros deben subir lentamente a la superficie para permitir que sus cuerpos se reajusten a la menor presión de la superficie. Cuanto mayor es la profundidad a la que descienden, mayor es el tiempo que deben permanecer en descompresión. Los quarren tienen la habilidad de cambiar el color de su piel, pero esto suele ocurrir sólo durante los rituales de emparejamiento.