ITHORIANOS
A los ithorianos
se les llama normalmente "Cabezas de martillo" por toda la galaxia
debido a su rasgo más notable: un cuello
largo y curvo que acaba en una cabeza con forma de "T". Estos altos y
amables mamíferos herbívoros provienen del planeta Ithor.
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UNIVERSO
EXPANDIDO
Los ithorianos hablan básico, aunque con un peculiar acento. Los ithorianos tienen a los lados de su cuello curvado dos bocas y cuatro gargantas, situadas de la misma forma, lo cual les permite hablar en estéreo Su lengua materna se basa en esta habilidad y aunque a otras especies el lenguaje ithoriano les parece bello, es imposible para los no ithorianos reproducirlo. La lengua ithoriana es una mezcla de notas, tonos e inflexiones que recuerdan a la música.
Los ithorianos
veneran a "La Madre Jungla," una entidad espiritual de Ithor
encarnada en la exuberante ecología tropical de su mundo. Muchos ithorianos
nunca habían pisado su propio planeta, viviendo en ciudades llamadas rebaños o
naves rebaño que flotan sobre su planeta. Sólo tres de sus continentes habían
sido visitados, los otros dos nunca fueron tocados por manos ithorianas. En su
planeta la tecnología y naturaleza convivían en armonía en un entorno centrado
en la ecología, tratando de dañar la naturaleza lo menos posible. Las
naves-rebaño viajaban flotando sobre los semi-inteligentes árboles bafforr, sin
aterrizar, para dañar el entorno lo menos posible. Los árboles bafforr crecían
en grandes arboledas y eran objeto de la veneración ithoriana. En raras
ocasiones los ithorianos oían la “llamada” de la Madre Jungla y descendían a la
superficie del planeta donde vivían y oficiaban como sus sacerdotes ecológicos
y no volvían jamas a sus ciudades rebaño.
Los ithorianos
son seres tranquilos y amantes de la paz que dedican mucho tiempo a contemplar
su vegetación y respetan todas las formas de vida. Son curiosos y sociables, y
muchos han decidido encontrar su camino entre las estrellas. Sus ciudades
rebaño flotantes también tiene un digno homólogo espacial, viajando por las rutas
espaciales como enormes caravanas. Cada nave-rebaño ithoriana tiene un complejo
sistema de soporte de vida que replica el entorno de Ithor, con selvas
completas, vida salvaje, e incluso patrones
meteorológicos.
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El pueblo de
Ithor tiene una forma de gobierno comunal. Cada manada es autónoma y
autosuficiente. Una vez por cada estación ithoriana (cerca de cinco años
estándar), los rebaños se reúnen para "el Encuentro". En un gran
espacio sobre la superficie de su verde planeta, las naves rebaño podían unirse
entre sí en un festival y ceremonia real. Para aquellas naves que no podían
volver a Ithor, se realizaba un “Encuentro” más pequeño. Ahora estos pequeños
“Encuentros” son el núcleo de la civilización ithoriana, que como especie ya no
puede vivir en su planeta. Mas que nunca estos “Encuentros” permiten a los
ithorianos reunirse con otros de su raza y prevenir la extinción de su cultura.
Durante gran
parte de la Guerra Civil Galáctica, los ithorianos mantuvieron una posición
neutral. No tenían motivos para estar a favor de unos u otros, mientras ellos
pudieran continuar con sus actividades en paz. Tras la batalla de Yavin, un
Destructor Estelar Imperial emplazó una guarnición en Ithor.
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Y pese a las
quejas ithorianas, el Imperio comenzó a "vigilar" las actividades
mercantiles ithorianas.
Los ithorianos
encontraron paz tras la derrota del Imperio, pero desgraciadamente fue por un
corto periodo de tiempo. Durante la crisis Yuuzhan Vong, el planeta Ithor fue
completamente devastado en la guerra contra los alienígenas invasores. El que
fue una vez un mundo de exuberante vegetación es ahora una tierra sin vida y
los ithorianos están forzados para siempre a viajar por las estrellas.
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