Distrito Star Wars

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lunes, 4 de marzo de 2013

Aayla Secura



AAYLA SECURA

   

Con un cuerpo atlético, una belleza exótica y una piel de un profundo azul cerúleo, Aayla Secura destacaba entre todos los Caballeros Jedi. Ella era un caballero Jedi en los últimos años de la orden y trabajaba fuera del Templo Jedi en Coruscant. Durante la crisis separatista que amenazaba con escindir la República, Secura era uno de los 200 Jedi que formaban la fuerza de ataque enviada a Geonosis para rescatar  a los Jedi apresados. En la gran batalla que tuvo lugar, Secura fue uno de los pocos supervivientes. 
Fue introducida en bruscamente por guerreros geonosianos en un círculo junto don los otros Jedi supervivientes para esperar su ejecución.
La llegada súbita de las tropas clon evitó ese destino. Secura guiaría entonces a su propio escuadrón de soldados clon en el núcleo de la batalla con su sable láser que, brillando en el medio de la polvareda creaba un luminiscente faro que la entrenada infantería de la República seguía.
Al igual que sus compañeros Jedi, Secura se convirtió en un general durante las guerras Clon liderando a las tropas de infantería clon en numerosas campañas del épico conflicto. Durante los asedios del Borde Exterior, estaba destinada en el colorido planeta Felucia, caminando penosamente entre la desmesurada vegetación del planeta del Gremio de Comercio con los valientes soldados de los Cuerpos Estelares bajo su mando.
Cuando la General Secura se aproximaba a las fuerzas Separatistas opositoras, el Canciller Palpatine promulgó la Orden 66 en Coruscant y contactó con el comandante de Aayla, el Comandante Bly, vía holograma. La orden ejecutiva identificaba a los Jedi como traidores a la República. Bly lealmente cumplió la orden, levantando su rifle blaster contra su General Jedi.
En un momento de distracción, cuando un pájaro nativo alzó el vuelo y atrajo la atención de Aayla sobre él, Bly y sus tropas abrieron fuego lanzando una ráfaga de disparos que acabaron con su vida.

UNIVERSO EXPANDIDO

  

Una twi´lek Rutiana nacida bajo la influencia de un poderoso clan de Ryloth, Aayla Secura fue aprendiz de Quinlan Vos desde una temprana edad y éste la educó como una Jedi. Mientras investigaba el tráfico ilegal de glitteryl, una droga híbrida que combinaba glitterstim y especia ryll, Aayla y Quinlan fueron privados de sus recuerdos por Pol Secura el astuto señor de las drogas y tío de Aayla.  
Pol era tan poco escrupuloso que tomó a la confundida Aayla como una de sus posesiones, manteniéndola como un seguro contra futuras represalias Jedi. Quinlan Vos, aunque también sufrió un borrado de memoria, encontró a Aayla. Las habilidades de la Fuerza latentes en Aayla, desprovistas de las reglas del olvidado Código Jedi, estaban sumidas en una confusa rabia. Su falta de control dio como resultado la muerte de Pol Secura. Aayla aterrorizada, huyó de Ryloth y se escondió del Jedi perseguidor. La vulnerable padawan culpaba a Quinlan de su pérdida y cayó bajo la influencia de Volfe Karrko, un siniestro Jedi oscuro que estaba prisionero en la luna prisión de Kiffex. Hipnotizada por su oscuro poder, Aayla liberó a Karrko del campo de prisioneros. También atacó a su antiguo maestro. En el conflicto que siguió, Aayla recuperó sus recuerdos y se dio cuenta de lo lejos que estaba del camino de los Jedi que ella había seguido.

El Consejo Jedi en su sabiduría, decretó que Aayla y Quinlan deberían separarse mientras ella se recuperaba del toque del lado oscuro. Como aún era una padawan, Aayla fue puesta bajo la tutela del maestro Tholme, el que una vez había instruido a Vos. Bajo su guía, Aayla conseguiría pasar sus pruebas y convertirse en una Caballero Jedi hecha y derecha.

Como la mayoría de los twi´lek era agraciada y atlética. Era muy inteligente e impulsiva y parecía carecer de miedo. Tenía un endiablado y a veces malicioso sentido del humor. Aunque era muy hábil con el sable láser ella prefería usarlo estrictamente para defenderse; como la mayoría de su gente, prefería evitar la violencia.

Esta preferencia se mantuvo incluso cuando se vio forzada a realizar misiones militares durante las Guerras Clon. Sus habilidades hicieron que se le asignasen misiones clave de inteligencia y operaciones encubiertas.

Una semana después de la Batalla de Geonosis, Aayla y Ylenic Itkla se disfrazaron de contrabandistas para realizar una importante misión en Corellia. Otra vez, se hizo pasar por una mecánica llamada Jaayza cuando buscaba a su antiguo maestro Quinlan en la estación espacial de la Rueda. 

Aayla encontró a Quinlan que se hacía pasar por un pistolero a sueldo llamado Korto Vos. A ella le molestó como la vida de forajido parecía haberle cambiado. El papel de desaliñado traficante de armas parecía tan natural en él que le costó trabajo encontrar al noble caballero Jedi que ella conocía, escondido bajo la concha de desaprensivo. Quinlan estaba resentido por no haber sido capaz de presentir la trampa de Geonosis que costó la vida a cientos de Jedi, ya que pensaba que su posición en la inteligencia debería haberle permitido detectar esto. Además el estallido de las Guerras Clon le hizo cuestionarse si merecía la pena defender a la República.

Gracias a la inteligencia de Quinlan y Aayla, el Consejo Jedi pudo anticiparse a un ataque masivo contra las instalaciones de clonación de Kamino. Aayla pilotó un caza Jedi en defensa del planeta acuático.

Cuatro meses después del inicio de las Guerras Clon, Aayla formó parte de la fuerza de élite Jedi enviada a ayudar al General Jedi Daakman Barrek para destruir una enorme fundición de droides en Hypori. La misión resultó ser un desastre y cientos de droides de batalla liderados por el malvado comandante de las fuerzas separatistas, el General Grievous, rodearon a los Jedi. Aayla escapó con vida de Hypori por los pelos.
Unos meses más tarde, Aayla se enteró de que Quinlan había abandonado a los Jedi y a la República y que se había unido a la confederación.

Su amistad con otros Jedi, en especial su conexión con el maestro Jedi Kit Fisto, le ayudó a superar esta crisis. Este fuerte vínculo con Vos bordeaba el cariño, una de las principales prohibiciones del Código Jedi. De no haber ambos pertenecido a la orden Jedi, este profundo respeto y cariño que ambos se profesaban, los habría llevado a algo más. 

Poco después Aayla formaba parte de una fuerza de choque Jedi que investigaba los ataques de la Confederación a las líneas de aprovisionamiento de la República a lo largo de la Transversal de Comercio Corelliana. Los ataques señalaban hacia Devaron y Aayla fue allá haciéndose pasar por Tuulaa Doneta, hija de un importante magnate de los transportes. Este ardid le permitió entablar amistad con uno de los ciudadanos devaronianos de mayor rango: la senadora Vien Sai´malloc.

Secura no se dio cuenta de que Sai´malloc era el elemento traidor de Devaron hasta que  fue demasiado tarde. La senadora, esperando jugar en ambos bandos de la guerra, permitió que los ataques de la Confederación de Comercio se hiciesen desde una base oculta en las montañas. La senadora también contrató a la caza-recompensas Aurra Sing para deshacerse de los fisgones que podían descubrir su plan, incluida la Jedi. Aayla fue emboscada por Aurra, pero consiguió librarse usando una técnica de escondite Jedi que le enseñó Quinlan Vos. Aayla evitó que un grupo de quarra cazase y atacase a Aurra. Las dos se enfrentaron y Aayla pudo escudriñar en la dañada personalidad de Aurra. Ella incitó a Aurra y la perturbó al identificar su aislamiento profundamente enraizado y sus asuntos olvidados. Furiosa, Aurra, perdió su concentración en el combate y Aayla la hirió en la mejilla con su sable láser y cortó la antena implantada que le permitía a Sing alimentar el miedo de su víctima.

Aurra se desmayó en el combate, pero Aayla no la mató. En su lugar entregó el cuerpo inerte de la caza-recompensas a las autoridades locales. Con la inteligencia reunida en Devaron, Aayla proporcionó la localización de la base de los atacantes para apoyar a su unidad. Un ataque repentino de los Jedi y las tropas clon consiguió acabar con estas incursiones.

Tras el choque de una nave Separatista en el lejano planeta Honoghr Aayla Secura y su leal oficial clon, el Comandante Bly, fueron enviados al planeta. El choque había esparcido un nocivo defoliante en el ecosistema del planeta eliminando la flora local. A Secura se le encargó encontrar el PIC (Paquete de Instrumentos Científicos) que detallaba la naturaleza del veneno. Los nativos de Honoghr, los mortales Nogrhri, habían cogido el PIC del naufragio y lo habían escondido en un antiguo templo del planeta.

Aayla encontró a  Quinlan en Honoghr, que también buscaba el PIC. Ambos colaboraron para abrirse paso entre las defensas del antiguo templo, robar el PIC y huir por los pantanos. Vos engañó a Aayla. Insistiendo en que estaba cumpliendo una misión muy importante para el Conde Dooku, una misión para ganar su confianza como agente doble, Vos se negó a dejar que Aayla se fuese con el paquete. Aayla, igualmente, tenía sus órdenes. En ese momento ambos empezaron a luchar.

Aayla se sorprendió de lo rápido que Quinlan se había entregado al odio. Su antiguo maestro parecía sumido profundamente en el lado oscuro. Parecía casi dispuesto a matarla. Ella arrojó su arma y le dio un increíble ultimátum. La única forma de conseguir su objetivo era atacarla cuando estaba indefensa.

Vos se detuvo. La pausa fue todo el tiempo que el Comandante Bly necesitó para hacer fuego sobre el Jedi renegado. Herido, Vos huyó. Aayla completó su misión, volvió con el PIC y también con problemáticas dudas sobre la auténtica lealtad de Quinlan Vos.

Cuando se intensificó la caza del segundo Sith, Aayla se implicó en la búsqueda. Utilizando información proporcionada por Quinlan Vos, el maestro Tholme fue a Anzat para seguir la pista de la Jedi oscura aliada con la Confederación Sora Bulg. Aayla ayudó a Tholme proporcionándole sus tropas como apoyo y fue de incógnito disfrazada como una mecánica itinerante llamada Jayzaa. La investigación llevó a Saleucami donde los Separatistas estaban construyendo su propio ejército clon, con los salvajes guerreros morgukai entrenados en las mortales artes marciales anzati.

El asedio de Saleucami empezó cuando los generales Oppo Rancisis y Quinlan Vos, que había vuelto a los Jedi tras su trabajo de infiltrado, atacaron la única ciudad del planeta para evitar que el sombrío ejército morgukai fuese usado en otras campañas. En el quinto mes del asedio Aayla proporcionó apoyo aéreo para las fuerzas de tierra, volando como líder azul.

Cuando las cosas se calmaron en Saleucami, Secura y Bly fueron enviados a Felucia. Ambos estaban frustrados con sus continuas reasignaciones sintiendo una falta de proximidad con sus misiones interrumpidas. En su siguiente misión se reunirían con la padawan Ekria e irían a Felucia. Allí, Secura y sus Fuerzas Estelares iban a liberar a un equipo Jedi encubierto que estaba en la prisión Separatista. Tras liberar a los cautivos, el Jedi Zonder y Barris Ofee, su siguiente misión era detener un plan del Gremio de Comercio para envenenar el planeta Felucia antes de perder el planeta.  Los esfuerzos de Aayla para evitar que las toxinas se extendiesen a través del agua, envenenando las estaciones de bombeo. Fue su última misión para los Jedi, cuando llegó la Orden 66 que acabó con su vida.

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