AAYLA SECURA
Con un cuerpo atlético, una belleza
exótica y una piel de un profundo azul cerúleo, Aayla Secura destacaba entre
todos los Caballeros Jedi. Ella era un caballero Jedi en los últimos años de la
orden y trabajaba fuera del Templo Jedi en Coruscant. Durante la crisis
separatista que amenazaba con escindir la República, Secura era uno de los 200
Jedi que formaban la fuerza de ataque enviada a Geonosis para rescatar a los Jedi apresados. En la gran batalla que
tuvo lugar, Secura fue uno de los pocos supervivientes.
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Fue introducida en bruscamente por
guerreros geonosianos en un círculo junto don los otros Jedi supervivientes
para esperar su ejecución.
La llegada súbita de las tropas
clon evitó ese destino. Secura guiaría entonces a su propio escuadrón de
soldados clon en el núcleo de la batalla con su sable láser que, brillando en
el medio de la polvareda creaba un luminiscente faro que la entrenada
infantería de la República seguía.
Al igual que sus compañeros Jedi, Secura se convirtió en un
general durante las guerras Clon liderando a las tropas de infantería clon en
numerosas campañas del épico conflicto. Durante los asedios del Borde Exterior,
estaba destinada en el colorido planeta Felucia, caminando penosamente entre la
desmesurada vegetación del planeta del Gremio de Comercio con los valientes
soldados de los Cuerpos Estelares bajo su mando.
Cuando la General Secura se aproximaba a las fuerzas
Separatistas opositoras, el Canciller Palpatine promulgó la Orden 66 en
Coruscant y contactó con el comandante de Aayla, el Comandante Bly, vía
holograma. La orden ejecutiva identificaba a los Jedi como traidores a la
República. Bly lealmente cumplió la orden, levantando su rifle blaster contra
su General Jedi.
En un momento de distracción, cuando un pájaro nativo alzó
el vuelo y atrajo la atención de Aayla sobre él, Bly y sus tropas abrieron
fuego lanzando una ráfaga de disparos que acabaron con su vida.
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UNIVERSO EXPANDIDO
Una twi´lek Rutiana nacida bajo la influencia de un poderoso
clan de Ryloth, Aayla Secura fue aprendiz de Quinlan Vos desde una temprana
edad y éste la educó como una Jedi. Mientras investigaba el tráfico ilegal de
glitteryl, una droga híbrida que combinaba glitterstim y especia ryll, Aayla y
Quinlan fueron privados de sus recuerdos por Pol Secura el astuto señor de las
drogas y tío de Aayla.
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Pol era tan poco escrupuloso que tomó a la confundida
Aayla como una de sus posesiones, manteniéndola como un seguro contra futuras
represalias Jedi. Quinlan Vos, aunque también sufrió un borrado de memoria,
encontró a Aayla. Las habilidades de la Fuerza latentes en Aayla, desprovistas
de las reglas del olvidado Código Jedi, estaban sumidas en una confusa rabia.
Su falta de control dio como resultado la muerte de Pol Secura. Aayla
aterrorizada, huyó de Ryloth y se escondió del Jedi perseguidor. La vulnerable padawan culpaba a Quinlan de su pérdida y cayó
bajo la influencia de Volfe Karrko, un siniestro Jedi oscuro que estaba
prisionero en la luna prisión de Kiffex. Hipnotizada por su oscuro poder, Aayla
liberó a Karrko del campo de prisioneros. También atacó a su antiguo maestro.
En el conflicto que siguió, Aayla recuperó sus recuerdos y se dio cuenta de lo
lejos que estaba del camino de los Jedi que ella había seguido.
El Consejo Jedi en su sabiduría, decretó que Aayla y Quinlan
deberían separarse mientras ella se recuperaba del toque del lado oscuro. Como
aún era una padawan, Aayla fue puesta bajo la tutela del maestro Tholme, el que
una vez había instruido a Vos. Bajo su guía, Aayla conseguiría pasar sus
pruebas y convertirse en una Caballero Jedi hecha y derecha.
Como la mayoría de los twi´lek era agraciada y atlética. Era
muy inteligente e impulsiva y parecía carecer de miedo. Tenía un endiablado y a
veces malicioso sentido del humor. Aunque era muy hábil con el sable láser ella
prefería usarlo estrictamente para defenderse; como la mayoría de su gente,
prefería evitar la violencia.
Esta preferencia se mantuvo incluso cuando se vio forzada a
realizar misiones militares durante las Guerras Clon. Sus habilidades hicieron
que se le asignasen misiones clave de inteligencia y operaciones encubiertas.
Una semana después de la Batalla de Geonosis, Aayla y Ylenic
Itkla se disfrazaron de contrabandistas para realizar una importante misión en
Corellia. Otra vez, se hizo pasar por una mecánica llamada Jaayza cuando
buscaba a su antiguo maestro Quinlan en la estación espacial de la Rueda.
Aayla encontró a Quinlan que se hacía pasar por un pistolero
a sueldo llamado Korto Vos. A ella le molestó como la vida de forajido parecía
haberle cambiado. El papel de desaliñado traficante de armas parecía tan
natural en él que le costó trabajo encontrar al noble caballero Jedi que ella
conocía, escondido bajo la concha de desaprensivo. Quinlan estaba resentido por
no haber sido capaz de presentir la trampa de Geonosis que costó la vida a
cientos de Jedi, ya que pensaba que su posición en la inteligencia debería
haberle permitido detectar esto. Además el estallido de las Guerras Clon le
hizo cuestionarse si merecía la pena defender a la República.
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Gracias a la inteligencia de Quinlan y Aayla, el Consejo
Jedi pudo anticiparse a un ataque masivo contra las instalaciones de clonación
de Kamino. Aayla pilotó un caza Jedi en defensa del planeta acuático.
Cuatro meses después del inicio de las Guerras Clon, Aayla
formó parte de la fuerza de élite Jedi enviada a ayudar al General Jedi Daakman
Barrek para destruir una enorme fundición de droides en Hypori. La misión
resultó ser un desastre y cientos de droides de batalla liderados por el
malvado comandante de las fuerzas separatistas, el General Grievous, rodearon a
los Jedi. Aayla escapó con vida de Hypori por los pelos.
Unos meses más tarde, Aayla se enteró de que Quinlan había
abandonado a los Jedi y a la República y que se había unido a la confederación.
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Su amistad con otros Jedi, en especial su conexión con el maestro Jedi Kit
Fisto, le ayudó a superar esta crisis. Este fuerte vínculo con Vos bordeaba el cariño, una de las
principales prohibiciones del Código Jedi. De no haber ambos pertenecido a la
orden Jedi, este profundo respeto y cariño que ambos se profesaban, los habría
llevado a algo más.
Poco después Aayla formaba parte de una fuerza de choque
Jedi que investigaba los ataques de la Confederación a las líneas de
aprovisionamiento de la República a lo largo de la Transversal de Comercio
Corelliana. Los ataques señalaban hacia Devaron y Aayla fue allá haciéndose
pasar por Tuulaa Doneta, hija de un importante magnate de los transportes. Este
ardid le permitió entablar amistad con uno de los ciudadanos devaronianos de
mayor rango: la senadora Vien Sai´malloc.
Secura no se dio cuenta de que Sai´malloc era el elemento
traidor de Devaron hasta que fue
demasiado tarde. La senadora, esperando jugar en ambos bandos de la guerra,
permitió que los ataques de la Confederación de Comercio se hiciesen desde una
base oculta en las montañas. La senadora también contrató a la caza-recompensas
Aurra Sing para deshacerse de los fisgones que podían descubrir su plan,
incluida la Jedi. Aayla fue emboscada por Aurra, pero consiguió librarse usando
una técnica de escondite Jedi que le enseñó Quinlan Vos. Aayla evitó que un grupo
de quarra cazase y atacase a Aurra. Las dos se enfrentaron y Aayla pudo
escudriñar en la dañada personalidad de Aurra. Ella incitó a Aurra y la
perturbó al identificar su aislamiento profundamente enraizado y sus asuntos
olvidados. Furiosa, Aurra, perdió su concentración en el combate y Aayla la
hirió en la mejilla con su sable láser y cortó la antena implantada que le
permitía a Sing alimentar el miedo de su víctima.
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Aurra se desmayó en el combate, pero Aayla no la mató. En su
lugar entregó el cuerpo inerte de la caza-recompensas a las autoridades
locales. Con la inteligencia reunida en Devaron, Aayla proporcionó la
localización de la base de los atacantes para apoyar a su unidad. Un ataque
repentino de los Jedi y las tropas clon consiguió acabar con estas incursiones.
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Tras el choque de una nave Separatista en el lejano planeta
Honoghr Aayla Secura y su leal oficial clon, el Comandante Bly, fueron enviados
al planeta. El choque había esparcido un nocivo defoliante en el ecosistema del
planeta eliminando la flora local. A Secura se le encargó encontrar el PIC
(Paquete de Instrumentos Científicos) que detallaba la naturaleza del veneno.
Los nativos de Honoghr, los mortales Nogrhri, habían cogido el PIC del
naufragio y lo habían escondido en un antiguo templo del planeta.
Aayla encontró a
Quinlan en Honoghr, que también buscaba el PIC. Ambos colaboraron para
abrirse paso entre las defensas del antiguo templo, robar el PIC y huir por los
pantanos. Vos engañó a Aayla. Insistiendo en que estaba cumpliendo una misión
muy importante para el Conde Dooku, una misión para ganar su confianza como
agente doble, Vos se negó a dejar que Aayla se fuese con el paquete. Aayla,
igualmente, tenía sus órdenes. En ese momento ambos empezaron a luchar.
Aayla se sorprendió de lo rápido que Quinlan se había
entregado al odio. Su antiguo maestro parecía sumido profundamente en el lado
oscuro. Parecía casi dispuesto a matarla. Ella arrojó su arma y le dio un
increíble ultimátum. La única forma de conseguir su objetivo era atacarla
cuando estaba indefensa.
Vos se detuvo. La pausa fue todo el tiempo que el Comandante
Bly necesitó para hacer fuego sobre el Jedi renegado. Herido, Vos huyó. Aayla
completó su misión, volvió con el PIC y también con problemáticas dudas sobre
la auténtica lealtad de Quinlan Vos.
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Cuando se intensificó la caza del segundo Sith, Aayla se
implicó en la búsqueda. Utilizando información proporcionada por Quinlan Vos,
el maestro Tholme fue a Anzat para seguir la pista de la Jedi oscura aliada con
la Confederación Sora Bulg. Aayla ayudó a Tholme proporcionándole sus tropas
como apoyo y fue de incógnito disfrazada como una mecánica itinerante llamada
Jayzaa. La investigación llevó a Saleucami donde los Separatistas estaban
construyendo su propio ejército clon, con los salvajes guerreros morgukai
entrenados en las mortales artes marciales anzati.
El asedio de Saleucami empezó cuando los generales Oppo
Rancisis y Quinlan Vos, que había vuelto a los Jedi tras su trabajo de
infiltrado, atacaron la única ciudad del planeta para evitar que el sombrío
ejército morgukai fuese usado en otras campañas. En el quinto mes del asedio
Aayla proporcionó apoyo aéreo para las fuerzas de tierra, volando como líder
azul.
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Cuando las cosas se calmaron en Saleucami, Secura y Bly
fueron enviados a Felucia. Ambos estaban frustrados con sus continuas
reasignaciones sintiendo una falta de proximidad con sus misiones
interrumpidas. En su siguiente misión se reunirían con la padawan Ekria e irían
a Felucia. Allí, Secura y sus Fuerzas Estelares iban a liberar a un equipo Jedi
encubierto que estaba en la prisión Separatista. Tras liberar a los cautivos,
el Jedi Zonder y Barris Ofee, su siguiente misión era detener un plan del
Gremio de Comercio para envenenar el planeta Felucia antes de perder el
planeta. Los esfuerzos de Aayla para
evitar que las toxinas se extendiesen a través del agua, envenenando las
estaciones de bombeo. Fue su última misión para los Jedi, cuando llegó la Orden
66 que acabó con su vida.
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