ZAM WESELL
Exótica y enigmática, Zam Wesell mantenía oculta su
auténtica identidad bajo un velo de tela y una pantalla engañosamente mortal.
Aunque a menudo aparecía bajo la forma de una bella humana, era en realidad una
clawdita cambiante, con la habilidad de modificar su apariencia.
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Una veloz asesina e infatigable cazadora
de recompensas Wesell utilizaba una gran variedad de equipos y accesorios para
perseguir a su presa. Su legendaria cifra de capturas da fe de su infalible
puntería e incansable dedicación a su trabajo.
Wesell fue contratada por Jango Fett para
asesinar a Padmé Amidala, la senadora de Naboo. Su primer intento que consistió
en una carga explosiva colocada en el Crucero Real de Naboo, casi tiene éxito.
Siete personas murieron en la explosión, pero la que murió fue Cordé, la doble
de la senadora.
Cuando comunicó a Jango su fracaso, este
le concedió a Zam una segunda oportunidad. Fett le proporcionó a Zam un par de
kouhums, unos venenosos miriápodos. Ella introdujo los kouhums en un droide ASN– 21 y envió al autómata volador al apartamento de Padmé en Coruscant. El
droide dejó su carga mortal, pero no contaba con la intervención de un par de
Jedi protectores. Anakin Skywalker partió en dos a los kouhums con la hoja de
su sable mientras Obi-Wan trataba de parar al droide saltando sobre él. El
droide asesino siguió pese a todo con su programa incluso con un Jedi colgado
de su casco. Sorprendida por este invitado imprevisto, Zam disparó con su rifle
de franco tirador y destruyó el droide
haciendo que Obi-Wan cayese a través de los cielos de Coruscant, pero fue
recogido por Anakin que lo iba persiguiendo en un airspeeder “prestado”. Zam
montó en su propio airspeeder y entonces comenzó una temeraria persecución
entre las torres de los rascacielos.
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Zam trató desesperadamente de deshacerse
de sus perseguidores, pero los Jedi eran muy tenaces. Incluso Anakin saltó
sobre su airspeeder y trató de abrir la cabina con su sable. Como consecuencia
Zam perdió el control y el airspeeder se estrelló en un concurrido barrio del
distrito de entretenimiento de Coruscant. La persecución continuó a pie. Zam se
introdujo en un cercano club para esconderse. Obi-Wan y Anakin la siguieron. Pensando que el Jedi había bajado la guardia
trató de acabar con Obi-Wan disparándole por la espalda.
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El Jedi se
volvió y con un rápido movimiento encendió su sable y le cortó el brazo a Zam.
Los Jedi llevaron a la asesina herida al
callejón trasero par tratar de interrogarla. La insensible Zam llamó a los
intentos de asesinato un simple trabajo. Antes de que Zam pudiese decir el
nombre de su cliente, Jango Fett la silenció para siempre disparándole en el
cuello un dardo de Kamino, que la mató instantáneamente.
UNIVERSO EXPANDIDOLos agresivos métodos de Zam para tener beneficios no sentaban muy bien a los nativos de Zolan, sobre todo a aquellos cuyas fuertes convicciones religiosas no les permitían tolerar la profesión que Zam había escogido. Calificándose a si misma de progresista, Zam obtuvo considerables beneficios utilizando sus habilidades en los sangrientos negocios del asesinato de la caza de recompensas y encauzó alguno de estas ganancias a otros clawditas radicales de su planeta nativo.
Zam mejoró sus habilidades con los
Malabari una antigua orden de caballeros guerreros de Zolan. Ella consiguió el
tercer grado de maestría en artes marciales antes de partir desde Zolan al
megapolitano mundo de Denon. En medio de las inmensas ciudades de ese centro de
comercio, Zam se hizo un nombre como guardia de seguridad y como guardaespaldas.
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Siempre impaciente por conseguir mayores honorarios y estima, Zam dejó Denon para hacerse una carrera como caza-recompensas. Aunque prefería la soledad, ella ocasionalmente formaba equipo con Jango Fett un cazador de recompensas que conoció en Oovo IV mientras perseguía al contrabandista Bendix Fust. |
Una vez, cuando de forma inesperada un
arma mortal cayó en manos de un conocido terrorista, Wesell y Fett unieron
fuerzas para evitar una catástrofe de magnitudes planetarias. Aunque no
exactamente juntos, los dos cazadores compartían un mutuo respeto uno por el
otro. Zam incluso le enseñó a su hijo Boba a leer.
En
el momento de su muerte, el arsenal personal de Zam consistía en una pequeña
pistola blaster KYD – 21 y un rifle de franco-tirador. Ella vestía un traje
púrpura de tejido blindado
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