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PALPATINE
Era el
gobernador supremo del más poderoso régimen tiránico que la galaxia jamás haya
visto, aunque sus raíces eran muy humildes y se remontaban al pacífico mundo de
Naboo.
Antes de su
ascenso al poder, Palpatine era un modesto aunque ambicioso senador de la
República Galáctica.
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Palpatine vio como la República se derrumbaba a su
alrededor, haciéndose pedazos por las disputas partidistas y la corrupción.
También había senadores poco escrupulosos que se aprovechaban del sistema,
engordando y haciéndose ricos gracias a una burocracia demasiado lenta para
atraparlos.
La oportunidad
de Palpatine llegó con el embargo de la Federación de Comercio. La Federación
de Comercio como protesta contra las medidas gubernamentales que tasaban sus
rutas de comercio externas, bloqueó e invadió Naboo. El líder planetario de
Naboo, la Reina Amidala, fue rápidamente a Coruscant a pedir ayuda a Palpatine.
Ambos pidieron al Senado que interviniesen, pero lo único que lograron fue ver
su petición estancada gracias a una maniobra de la Federación de Comercio.
Frustrada por la incapacidad del gobierno para hacer algo, la Reina Amidala
actuó bajo la sugerencia de Palpatine y pidió una moción de censura contra el
líder de la República.
El Canciller Valorum fue cesado y Palpatine fue nominado rápidamente para sucederlo. La
crisis de Naboo provocó un voto de simpatía y Palpatine se convirtió en
Canciller Supremo. Él prometió reconciliarse con los descontentos y traer el
orden y la justicia al gobierno. A pesar de sus promesas, la República continuó
sumergiéndose en la lucha y el caos.
Una década
después de su nombramiento, el Canciller Palpatine se enfrentaba al movimiento
popular separatista liderado por el carismático Conde Dooku. Muchos en la
galaxia temían que el conflicto llegase a convertirse en una guerra total, pero
Palpatine seguía creyendo firmemente que la crisis podría ser resuelta mediante
la negociación. Los separatistas no estaban de acuerdo. El descubrimiento de un
secreto ejército droide hizo patente que los separatistas estaban a punto de
declarar la guerra a la República.
Para responder a
esto, la República necesitaba un ejército y Palpatine pidió al Senado el poder
para poner en funcionamiento al recién creado ejército de clones. Llegado a ese
punto, los senadores leales a Palpatine concedieron al Canciller poderes de
emergencia para terminar con la amenaza separatista.
Con palabras de
pesar, Palpatine aceptó los nuevos poderes. Él prometió devolver su autoridad
al Senado después de que pasase la emergencia. Lo que nadie se esperaba es que
la galaxia iba a experimentar un cataclismo y que ese estado de crisis le
aseguraría a Palpatine su autoridad por décadas.
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Las indicaciones
de su futuro régimen al principio fueron sutiles. El mandato de Palpatine como
Canciller, terminó durante el alzamiento de los separatistas, pero esa crisis
permitió que ampliase su estancia en el puesto. Una vez que las Guerras Clon
estallaron, la incapacidad del Senado para proseguir una guerra de forma
eficiente en varios frentes, le forzaron a promulgar decreto ejecutivo tras
decreto ejecutivo.
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Añadió enmiendas a la constitución que le daban a él cada
vez más poder, burlando eficazmente la burocracia del Senado.
El pueblo y el
Senado cedieron de buen grado sus derechos y libertades en nombre de la
seguridad. Bajo la guía de Palpatine la guerra podría ganarse y la República
estaría segura. El monstruoso espectro del General Grievous guiando los ataques
hizo callar a aquellos pocos que se cuestionaban la creciente autoridad de
Palpatine. El Consejo Jedi se encontraba entre los cautelosos. Como instrumento
del Senado y del pueblo, la orden Jedi
se resistía al control directo de Palpatine. La tensión crecía a medida que la
guerra avanzaba. Algunos en el Senado también mostraban de forma tímida su
desacuerdo. Palpatine conocía la existencia de un grupo de senadores
preocupados y sabía que en algún momento tendría que tratar con ellos.
Durante las
Guerras clon Anakin Skywalker se convirtió en un héroe legendario entre los
Jedi. Su poder era sobresaliente. Palpatine que había mantenido su amistad
desde la infancia con un único motivo, sintió que había llegado el momento
indicado. Darth Tyranus ya había servido para su propósito. Skywalker sería su
próximo aprendiz de Sith.
Como un
arriesgado fin de juego de su largo plan, Palpatine organizó su propio
secuestro a manos del temible General Grievous, el comandante militar de las
fuerzas Separatistas. La Confederación atacó las defensas de Coruscant mientras
huía con el Canciller secuestrado. Como era de esperar, los mayores héroes de
la Orden Jedi, Obi-Wan Kenobi y Anakin Skywalker, fueron enviados para rescatar
a Palpatine. A bordo de sus diminutos cazas se infiltraron en la nave insignia
de Grievous y se abrieron camino hasta el Canciller esposado. El Conde Dooku
interpretó su papel. De nuevo las hojas de los sables láser se cruzaron cuando
Kenobi y Skywalker formaron un equipo contra Dooku. El anciano señor del Sith
fue capaz de superar a Kenobi y noquear al Jedi. Sin la guía de su mentor Anakin
atacó a Dooku solo. El Sith aguijoneó la ira de Anakin, y el joven Jedi se
vengó del guerrero que le había amputado su brazo años atrás. Skywalker cortó
las dos manos de Dooku y tenía al líder Separatista arrodillado bajo la hoja de
su sable.
Palpatine vio el
lado oscuro en Anakin y lo alimentó. Le dijo que matase a Dooku. La hoja de
Skywalker atravesó carne y hueso, y la cabeza cortada de Dooku cayó al suelo.
Aunque Anakin se arrepintió instantáneamente del acto, por no ser propio de un
Jedi, Palpatine lo consoló rápidamente y lo absolvió de toda culpa. Después de
todo Dooku era demasiado peligroso para seguir con vida, razonó Palpatine.
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No era la
primera vez que Palpatine había alabado las habilidades ilimitadas de Anakin.
Un hombre con las habilidades de Anakin recortadas por las limitaciones del
Código Jedi y que era amonestado por hacer lo correcto, se sentía defraudado.
Palpatine nunca le reñía, siempre estaba de su lado.
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Skywalker
recordaría esto cuando las repercusiones políticas de la muerte de Dooku y la
continuación de las Guerras Clon le golpearon desde todas partes. El Consejo
Jedi sospechaba de Palpatine y eran críticos con los decretos del Canciller que
desviaban el poder del Senado y la constitución hacia su oficina. Palpatine,
como era de esperar, desconfiaba del Consejo y por ello nombró a Anakin su
representante personal en el Consejo Jedi. Sorprendentemente el Consejo aceptó
este nombramiento, pero sólo con la esperanza de que Anakin espiase al
Canciller.
Palpatine
explotó esta desconfianza y confusión que embargaban al joven. Anakin creía que
el Canciller era el único que no quería nada de él, el único que le hablaba con
franqueza. En esta posición de confianza le contó a Anakin una leyenda Sith, la
historia de Darth Plagueis el Sabio. En la relativa calma de su palco del
Teatro de la Ópera de las Galaxias, Palpatine le narró con melancolía la
leyenda del poderoso señor del Sith conocedor de las secretas y antinaturales
artes que podían evitar que muriesen aquellos a los que amaba. En ese momento
Anakin Skywalker estaba atormentado por unas visiones en las que veía la muerte
de su esposa. Temía que fuesen proféticas, como muchas de sus visiones.
Skywalker quería saber más de este poder que era desconocido para los Jedi y se
suponía que sólo era accesible para los Sith. Sabiendo que había intrigado lo
suficiente al chico, Palpatine se quitó su disfraz. Le reveló a Anakin que de
hecho era un señor del Sith y que él era el camino al poder que podía salvar a
Padmé Amidala de la muerte.
Anakin estaba
terriblemente confundido. Por su lealtad a la Orden Jedi informó a Mace Windu
de la sorprendente revelación. Windu formó un grupo de Maestros Jedi para
arrestar al Canciller. Palpatine no se lo iba a poner fácil.
En las cámaras
interiores de la oficina privada del Canciller, los Jedi se enfrentaron a
Palpatine. Éste sacó un sable láser oculto en su manga y dejó que el lado
oscuro fluyese a través del sable. El lado oscuro le proporcionaba una
destreza, agilidad y velocidad sobrehumanas, como para matar a tres maestros de un
golpe y la fuerza suficiente para hacer retroceder a Windu. Los dos lucharon
transformando la oficina del político en la arena de un combate de sables
láser. Windu superaba a Palpatine en el momento en el que Anakin entró
corriendo en la oficina. Skywalker fue testigo de una visión perturbadora, el
Canciller acorralado con Mace Windu esgrimiendo su sable sobre él. Palpatine
liberaba un torrente de rayos Sith contra el Maestro Jedi, pero Windu se los
reenviaba al Canciller. Las malvadas energías transformaron la cara de
Palpatine mientras los rayos fluían a través suya provocando cicatrices y
desfigurando sus agradables rasgos, sus ojos estaban teñidos de amarillo, su
voz se había vuelto áspera y profunda y se había convertido en un pozo de
energías del lado oscuro.
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Palpatine estaba caído en una esquina, parecía demasiado débil para continuar con su ataque de rayos. Temiendo que el Canciller fuese demasiado poderoso y con demasiados contactos, Windu decidió que no podía seguir vivo. Antes de que Windu se tomase la justicia por su cuenta, Anakin entró en acción. |
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Cortó la mano
con la que Windu cogía el sable. Indefenso, Windu fue bombardeado por los rayos
del lado oscuro de Palpatine. Con el Maestro Jedi muerto y Anakin habiendo dado
su primer paso irreversible hacia el lado oscuro Palpatine estaba contento.
Skywalker se
arrodilló ante Darth Sidious y el señor del Sith lo rebautizó con el título de
Darth Vader. La siguiente tarea que le asignó a su nuevo aprendiz fue el asalto
del Templo Jedi, antes de que las traicioneros Jedi pudiesen contraatacar.
Sumergido en el lado oscuro Vader marchó sobre el Templo con una columna de
leales soldados clon. Mientras, Sidious se encargó del resto de los Jedi
dispersos por toda la galaxia, luchando en las Guerras Clon. Palpatine promulgó
la Orden 66, una orden codificada que identificaba a los Jedi como traidores a
la República. Emitió esta orden a todos los comandantes clon destinados a los
distintos frentes de batalla, y los leales soldados mataron a sus generales con
su sangre fría.
Al día siguiente
Palpatine convocó una sesión especial del Senado Galáctico. A pesar de sus
desfiguraciones apareció ante los políticos de la asamblea de la República y
les contó, a su modo, como había escapado de la traicionera rebelión de los
Jedi. Le aseguró al pueblo de la República que su resolución no se había
alterado, que había acabado con la traición que metió a la República en las
Guerras Clon. Él acabaría con la corrupción, la burocracia que asfixiaba al
gobierno y lo transformaría en una nueva, más poderosa y más segura
institución.
Ese día, tras el
atronador aplauso, Palpatine se autoproclamó Emperador.
Durante la
Guerra Civil Galáctica, Palpatine gobernó con puño de hierro. Disolvió el
Senado Imperial y traspasó el poder a los gobernadores regionales y al
ejército. Durante la campaña de Hoth, Palpatine le comunicó a Vader su
preocupación por Luke Skywalker, un joven rebelde poderoso en la Fuerza. Vader
le sugirió que ambos podrían atraer la joven hacia el lado oscuro de la Fuerza,
idea que el Emperador aceptó.
El Emperador era
un gobernante astuto planeando sucesos lejanos en el tiempo. Utilizando la
fuerza para ver sus resultados, Palpatine permitió que los espías rebeldes
conociesen la localización de la segunda Estrella de la Muerte y elaboró una
trampa que sería el fin de la Rebelión. También se concentró en atraer a Luke
Skywalker hacia el lado oscuro de la Fuerza, incluso a expensas de sacrificar a
Vader.
En la Estrella
de la Muerte, por encima de la Batalla de Endor, Luke rechazó su recién
encontrado lado oscuro y así Palpatine usando sus mortales rayos de Fuerza
atacó al joven Jedi. Luke casi muere en el ataque, pero su padre Darth Vader,
que había vuelto al lado luminoso de la Fuerza,
lanzó al Emperador al corazón del reactor principal de la Estrella de la
Muerte, matándolo.
Palpatine era un
viejo encorvado. Parecía un anciano, tenía la tez pálida y unos abrasadores y
locos ojos amarillos. Usaba una pesada y oscura capa y llevaba un elegante
bastón negro.
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UNIVERSO EXPANDIDO
Nadie sabe con
seguridad como Palpatine se introdujo en el poder del lado oscuro. Él es el más
poderoso practicante de los caminos Sith en los tiempos actuales. Él estudió
las antiguas ruinas del mausoleo Sith en el planeta Korriban. Allí desveló secretos
de la Fuerza de un holocrón Jedi robado. Las energías del lado oscuro que
fluían a través del cuerpo de Palpatine eran tan intensas que destrozaban su
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cuerpo mortal, la fuente de la energía de Palpatine lo estaba matando.
Para contrarrestar los destrozos del lado oscuro,
Palpatine recurrió a una extraña combinación de tecnología y magia Sith. Utilizó los
cilindros Spaarti de clonación para crear una reserva de cuerpos jóvenes y
empleando una antigua técnica Sith transfería su espíritu al clon. Así
Palpatine podía evitar la muerte indefinidamente, mientras hubiese clones de
repuesto intactos. Él podía cambiar su forma una y otra vez, prolongando su
vida. Palpatine construyó un secreto planeta-trono en lo más profundo de la
galaxia, en un sombrío planeta llamado Byss. Aquí, él mantenía a sus clones
seguros y protegidos por un leal grupo de adeptos del lado oscuro.
Aunque Palpatine
exterminó a los Jedi y a todo aquel ser sensible a la Fuerza que supusiese una
amenaza para él, conservó unos pocos agentes leales que fueron entrenados en la
Fuerza. Darth Vader era el jefe entre todos ellos como primer lugar teniente y
aprendiz Sith. Palpatine también tenía una serie de mortales agentes leales
llamados sus “manos”. Mara Jade era la principal de esos agentes.
Durante la
Batalla de Endor, Palpatine se encontró cara a cara con la muerte. Traicionado
por Vader, su cuerpo fue destruido en la segunda Estrella de la Muerte.
Separado de sus clones, Palpatine se vio forzado a sobrevivir en una desesperante
existencia sin cuerpo. Por pura voluntad, retuvo su identidad atravesando el
vacío del espacio para introducirse en su cuerpo clon. Casi no sobrevive a la
traición de Vader. Palpatine permaneció oculto en Byss mientras reconstruía su
imperio y sus fuerzas.
El mandato de
Palpatine era tan absoluto que su muerte aparente en Endor fragmentó al
Imperio. Sin heredero claro, moffs oportunistas y señores de la guerra se
dispusieron a repartiese sus propios feudos. Años de lucha dieron ventaja a la
recién nacida Nueva República que reclamó las tres cuartas partes de la
galaxia. Un general que triunfó donde otros habían fallado fue el Gran
Almirante Thrawn, el único no humano que ostentaba tal rango. Sus astutas
tácticas e infalibles estrategias dieron al Imperio una victoria cinco años
después de la Batalla de Endor. Sólo una traición en el último momento dio al
traste con su triunfo.
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Estimulada por
las victorias de Thrawn, los generales del círculo interno imperial que
quedaban, organizaron un devastador ataque sobre Coruscant. Aunque Thrawn
quería mantener la capital intacta, estos imperiales atacaron sin piedad. La
mayor parte de Ciudad Imperial fue devastada por la lucha y la Nueva República
se vio forzada a evacuarla. En la superficie del planeta ya, los imperiales
prosiguieron con su destrucción y las escaramuzas continuaron entre las ruinas
de los rascacielos.
Fue
entonces cuando el resucitado Palpatine apareció. Invocando sus poderes del
lado oscuro, provocó una tormenta de gran magnitud, y arrastró al maestro Jedi
Luke Skywalker a Byss. Allí se le reveló a Skywalker y le desveló el auténtico
poder del lado oscuro.
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Enfrentado a un
enemigo inmortal, Luke hizo algo increíble: para vencer al lado oscuro desde
dentro, Skywalker se sometió a Palpatine y se convirtió en su nuevo aprendiz.
En estos tiempos oscuros, parecía que finalmente el Emperador había ganado.
Skywalker estaba demasiado sumergido en la oscuridad como para poder rebelarse
contra su maestro con éxito. Aunque saboteó algunas campañas militares de
Palpatine, como la de las máquinas de guerra llamadas devastadores de mundos,
no pudo hacer nada para librarse del lado oscuro. Sólo su hermana Leia Organa
pudo proporcionarle la fuerza extra que necesitaba. Con su presencia, los dos
gemelos Skywalker fueron capaces de
rechazar temporalmente a Palpatine.
Invencible, el
Emperador prosiguió con su azote armado, una nueva increíble súper-arma, el
Arma de la Galaxia.
Palpatine forzó
a un gran número de planetas de la Nueva República a someterse al gobierno
imperial. A pesar de que su Imperio crecía, Palpatine se volvía más débil. Sus
clones le fallaban, necesitaba sangre nueva.
Palpatine se
fijó en el hijo recién nacido de Leia, Anakin Solo, como siguiente receptáculo
para su oscuro espíritu. Durante un intento por poseer al niño, Han Solo
disparó a Palpatine en la espalda. Antes de que su alma pudiese entrar en el
cuerpo de Anakin, Palpatine fue interceptado por un Jedi recién encontrado,
Empatojayos Brand. Sin un cuerpo huésped el espíritu de Palpatine se desvaneció
para ser consumido por la locura que es el lado oscuro. Después de tantos años
de mortandad, el Emperador por fin estaba muerto.
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