BOGA
(VARACTILO)
Con sus
profundos agujeros, ciudades en distintos niveles y acantilados cortados a
cuchillo, en el lejano planeta Utapau pueden resultar difíciles y peligrosos
los desplazamientos.
Cuando Obi-Wan Kenobi llegó al planeta buscando al General Grievous, confió en el conocimiento
de los nativos para escalar las paredes de los agujeros y seguir la pista del
general droide hasta su centro de mando Separatista.
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Kenobi fue a los establos
donde los jinetes Utapaunos tenían lagartos nativos, con o sin alas, que
utilizaban como medio de transporte. Obi-Wan seleccionó a una servicial y
valiente hembra llamada Boga, con una silla de montar ceñida a su lomo.
Medía cuatro
metros de alto en la cruz y tenía una piel rugosa de color verde iridiscente y
con brillos azules. Un penacho de plumas ricamente coloreadas, que nacían en su
cara picuda y de ojos penetrantes, orlaba su cabeza y cuello. Sus poderosas
extremidades remataban en unos pies con cinco pezuñas rematadas con unas garras
curvadas que le permitían agarrarse bien en las superficies de arenisca. Una
larga cola le proporcionaba equilibrio y agilidad.
Aunque era una
criatura enorme, Boga tenía un trote silencioso, lo suficientemente sigiloso
como para poder colarse por las vigas del décimo nivel en que se encontraba el
General Grievous. Allí Obi-Wan se enfrentó al general separatista.
Cuando su duelo
desembocó en una persecución, Kenobi llamó a Boga y la leal criatura transportó
al Jedi durante la persecución de Grievous.
Su galope era lo
suficientemente veloz para mantener el paso de la moto rueda de Grievous
mientras atravesaba las avenidas de la ciudad agujero. Boga era valiente y
confiaba en su jinete cuando la dirigía en atrevidos saltos y se acercaba
peligrosamente al transporte de Grievous.
Cuando se dio la
“Orden 66” las tropas de soldados clon al mando de Obi-Wan, se volvieron en su
contra. Una descarga de una torreta láser disparó contra Boga. La aturdida Boga
y su jinete cayeron por el borde del acantilado, yendo a caer al profundo lago
que había en el fondo de la gruta.
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UNIVERSO
EXPANDIDO
Los varactilos
son saurios herbívoros, cuadrúpedos nativos del planeta Utapau. Aunque son
reptiles poseen muchas características de la familia de las aves, como por
ejemplo las plumas. Así tienen una larga cola de plumas como los pájaros.
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También poseen un gigante pico afilado que sale de unas prominencias nasales en
le centro de la cara y dos pequeños ojos oscuros situados a ambos lados de sus
cabezas alargadas. Un anillo de plumas rodea el cuello del varactilo.
Este reptil
tiene una cabeza blindada que protege a su cerebro de heridas directas. Su
cuello es extremadamente flexible y tanto machos como hembras tienen crestas y
una cadena de espinas a lo largo de su columna dorsal. Algunos de estas espinas
defensivas han evolucionado en plumas, las cuales utilizan para el apareamiento
y como señal de peligro. El plumaje y la coloración de una hembra varactilo
tienden a ser más llamativos.
Sus grandes pies
tienen poderosas garras con cinco dedos que les proporcionan la habilidad de
escalar las paredes rocosas de los pozos de Utapau a grandes velocidades.
Los varactilos
son lagartos de sangre fría y como tal les gusta tomar el sol en las paredes de
los pozos de Utapau. Son muy activos durante las horas diurnas, trepando por
las paredes de los acantilados para estar al sol mientras este avanza por el
cielo, evitando la oscuridad que inunda los cavernosos cañones de la superficie
del planeta. Comen la mayor parte del día y se alimentan de líquenes verdes en
las zonas más bajas y húmedas o removiendo las piedras arenosas de los niveles
superiores para consumir las suculentas raíces que se abren paso a través de la
roca más permeable.
Los nidos de los
varactilos se sitúan preferentemente en los afloramientos más cálidos de las
paredes de los pozos, aquellos que reciben más cantidad de luz del sol. Una
hembra varactilo pone una nidada de alrededor de una docena de huevos cada vez
y estos huevos tardan casi dos meses en eclosionar. Estos nidos permanecen en
zonas en las que el sol puede
alcanzarlos y se sitúan en un risco o una grieta en el que los varactilos
puedan esconderse para proteger así a sus crías y sus nidos.
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Durante la noche
los varactilos son más letárgicos y por tanto más vulnerables a los predadores
nativos. Uno de ellos es el dactilión, un primo genético bastante lejano del
varactilo. Los dactiliones a menudo vuelan y atacan los nidos de los varactilos
para comerse sus huevos o capturar a los jóvenes.
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Para protegerse mejor, los
varactilos suelen reunirse y agruparse cerca de sus nidos para retener el poco
calor de sus cuerpos. Aunque dactiliones y varactilos son enemigos naturales,
una vez domesticados pueden alojarse en los mismos corrales.
La piel escamosa
de los varactilos es impermeable y son unos excelentes nadadores. Sin embargo,
sólo nadan durante el mediodía, cuando la luz del sol ilumina el fondo de las
cavernas, donde se acumula el agua. El cruel nos monster está activo durante
las horas de oscuridad, por ello no se sumergen en el agua por la noche.
Aunque
normalmente son criaturas tranquilas e
imperturbables se defienden de los ataques contra ellos o sus crías con gran
ferocidad. Las hembras son más porfiadas en este aspecto. El abanico de espinas
erectas a lo largo de la cola de una hembra pueden herir seriamente a un
oponente que la ataque desde atrás. Los varactilos también son extremadamente
fuertes y sus cabezas, hechas de fuertes huesos impenetrables a la mayor parte
de los ataques contundentes, provocan un buen daño cuando la usa para dar
cabezazos.
Los pau´anos y
los utai de Utapau han criado varactilos durante siglos como animales de carga
y monturas debido a su agradable conducta, fuerza y velocidad. Fueron, sin
embardo, los diminutos utai los que aprendieron como domesticarlos y
entrenarlos para su uso actual. Los utai en la actualidad son sus caballerizos.
Los varactilos son excelentes corceles y animales de carga. Debido a sus espaldas de altos
huesos ambas criaturas deben ser equipadas con sillas situadas en la parte
superior de la espalda para dar a los jinetes el equilibrio adecuado.
Esta es una
especie muy inteligente, leal a sus amos y avispados en las labores de combate.
También tienen muy buena memoria. Un varactilo recuerda a todos sus jinetes y
responderá favorable o negativamente a ellos basándose en sus experiencias
pasadas. Cuando un jinete los ha tratado bien, responden con lealtad y afecto.
Si un jinete maltrata a su montura, el varactilo no le permitirá que lo vuelva
a montar y en casos extremos puede atacar a la persona. Hay informes de muchos
seres que han sido matados cuando esto ocurrió. Un jinete maltratador, según se
dice, tiene a un varactilo que le recuerda durante varios años, aunque él esté
fuera del planeta.
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