BIB FORTUNA
Aquellos que intentaban
hacer negocios con Jabba el Hutt necesitaban pasar primero por el filtro de su
pálido mayordomo el twi’lek Bib Fortuna. El sirviente vestido con capas oscuras
a menudo estaba revoloteando alrededor de la oreja de Jabba dándole consejo e
informaciones. Fortuna seguía las reglas del protocolo en la corte y hablaba
sólo en huttesse aunque entendía otros idiomas.
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Fortuna llevaba con Jabba
desde hacía décadas. Su carrera empezó a desmoronarse cuando Luke Skywalker lo
hizo blanco de un turco mental Jedi. El desafortunado sirviente dejó entrar al
caballero Jedi en el palacio. Esto aceleró el fin de la organización criminal
de Jabba. Fortuna acompañó a Jabba en su barcaza cuando fueron al Gran Pozo de
Carkoon, donde el atrevido rescate de Han Solo por parte de Skywalker acabó de
forma feroz con el imperio criminal.
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UNIVERSO
EXPANDIDO
Fortuna empezó en el
mundo del crimen organizado siendo un contrabandista de especia, operando fuera
de su planeta natal Ryloth. Trabajó por su cuenta durante muchos años hasta que
Jaba el Hutt lo contrató para hacer contrabando de especia por una jugosa
comisión.
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Cuando las autoridades empezaron a tomar medidas contra los
contrabandistas de ryll, Fortuna decidió dejar los negocios. En su lugar pidió
una posición más importante en la organización de Jabba. Consiguió la
aprobación de los lugartenientes de Jabba Naroon Cuthus y Bidlo Kwerbe.
Fortuna a menudo recibía
el favor de su inflado señor cuando le ofrecía regalos. Por eso adquirió a la
esclava Oola para Jabba. Visitó la zona del crepúsculo de su planeta y capturó
a la joven twi’lek que fue entrenada por bailarines profesionales. Jabba
disfrutó mucho de su regalo.
Fortuna escapó de la
destrucción de la barcaza en un pequeño esquife privado. Se unió a una batalla
despiadada por las últimas riquezas de Jabba. Se escondió en el palacio de
Jabba iniciando una guerra desorganizada contra otros que trataban de llevarse
los restos del imperio criminal.
Aunque Fortuna pareció
ganar, fue a dar donde estaban los misteriosos monjes B’omarr que vivían en el
palacio. Los monjes deseaban extender la serenidad de la iluminación
descarnada, por ello sometieron a Fortuna a su cirugía ritual. Le extrajeron el
cerebro y lo colocaron en un droide caminante parecido a una araña.
Fortuna soportó la locura
de una existencia privada de los sentidos durante años. El palacio de Jabba fue
reclamado por un empresario twi´lek llamado Firith Olan que disfrutó
atormentando al descarnado Fortuna. A pesar de ser un cerebro ambulante metido
en un jarrón, fue capaz de vencer a Olan. Empleó técnicas B’omarr para
transferir su cerebro al cuerpo de Olan y Fortuna pudo vivir de nuevo. Bajo la
identidad de Olan, Fortuna volvió a los bajos fondos criminales.
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