Twi'lek

TWI’LEKS Hay pocas cosas más gráciles que una hembra twi’lek en movimiento. Esta hermosa imagen ha condenado para siempre a generaciones de jóvenes twi’leks a la esclavitud al ser una muestra de los ricos y corruptos. Los twi’leks son humanoides altos y delgados con un color de piel que abarca todo un arco iris de colores. Su rasgo más distintivo es un par de tentáculos flexibles que nacen en la base de sus cráneos. En los últimos años de la República, el planeta natal de los twi’leks, Ryloth, estaba representado en el Senado Galáctico por el corpulento político de piel azul Orn Free Taa. Incluso a un político de tan alto rango no le importaba alardear de un par de adorables asistentes twi’lek como signo de influencia y riqueza.

UNIVERSO EXPANDIDO Los twi’leks utilizan sus colas de la cabeza, o lekku, cuando hablan su lengua nativa el twi’leki. El idioma es una combinación de comunicación física y lingüística, con palabras habladas que son complementadas con sutiles contracciones y movimientos del lekku. Son omnívoros y comen tanto hongos y mohos cultivados como carne de unos bovinos llamados rycrits. Tiene una astuta disposición de paciencia y adaptabilidad. Los twi’leks aprendieron al desarrollarse en medio de las duras tormentas de su planeta que la fortaleza no siempre se consigue mediante enfrentamientos. A menudo, como dice un proverbio twi’lek “uno no puede vencer a la tormenta, debe cabalgarla”. Han desarrollado un nivel tecnológico industrial, con molinos de viento y turbinas que proveen de energía a sus hogares e industrias excavados en las montañas de Ryloth. Cada complejo urbano es autónomo y gobernado por un jefe de clan. Al no poseer tecnología propia para los viajes espaciales, los twi’leks en su lugar utilizan sistemas vecinos (como Tatooine), piratas, contrabandistas y comerciantes para contactar con la galaxia.

El planeta Ryloth proporciona a la galaxia el ryll, una poderosa sustancia adictiva de diversión, y mineral. Los twi’leks se han adaptado a la atención de los criminales sobre su mundo vendiendo a su propia gente como esclavos. De esta forma, los twi’leks tiene algo que dar a los criminales y así mantienen el control sobre sus minas de ryll. Desafortunadamente, muchos twi’leks, en su mayoría hembras, han sufrido lo más duro de este comercio. Durante la Guerra Civil Galáctica, los twi’leks permanecieron neutrales, no queriendo involucrarse en la lucha. Veían a la Alianza Rebelde y al Imperio como dos tormentas calientes que acabarían por desaparecer. Sólo después de que la tormenta se hubiese disipado podrían emerger y prosperar los oportunistas twil’leks.