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MYNOCK
Los mynocks, unas criaturas parecidas a
mantas-raya voladoras con alas de piel negra, son una plaga común a
la que se enfrentan los pilotos. Estas criaturas parásitas se
enganchan a sus huéspedes con su boca succionadora. Los pilotos
tienen que examinar sus naves para ver si tienen mynocks adheridos,
pues estos suelen fijarse a las naves y roen sus cables de energía.
Los mynocks suelen viajar en grupos, y normalmente miden sobre 1,60
metros de largo y alcanzan una envergadura de 1,25 metros.
Cuando
Han Solo y la Princesa Leia Organa estaban tratando de burlar el
bloqueo imperial de Hoth, se acercaron a uno de los asteroides más
grandes y se escondieron en el interior de lo que a ellos les pareció
una caverna, para realizar reparaciones en el Halcón Milenario.
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Al
terminar con las reparaciones, se percataron de que se habían
adherido al casco de la nave algunos mynocks y que en realidad
aquello no era una cueva, sino el estómago de una enorme babosa espacial. Por ello salieron de allí a toda prisa, para encontrarse
de nuevo, en el exterior, con los imperiales que los perseguían
implacablemente.
UNIVERSO EXPANDIDO
Extendidos por toda la galaxia, el planeta
originario de los mynocks es desconocido, pero su nombre se deriva de
su supuesto planeta natal, Ord Mynock. Incluso es posible que hayan
evolucionado en el vacío del espacio ya que muchos de los entornos
planetarios son mortales para ellos: su piel reacciona con el helio,
el cual está presente en la mayoría de las atmósferas de los
planetas. Este gas provoca que se hinchen hasta el punto de explotar.
Los científicos dicen que esto es una especie de reacción alérgica,
una que felizmente mantiene a la mayoría de los planetas habitables
libres de mynocks.
Los
mynocks, al igual que las plantas, se alimentan de radiación solar.
La superficie de su piel negra está adaptada para absorber la
radiación electromagnética. Remontan los vientos estelares
desplegando sus alas. También se alimentan de silicona y otros
minerales con el propósito de reproducirse. Las criaturas son
asexuadas, reproduciéndose por fisión una vez que han absorbido y
metabolizado el suficiente material puro.
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Estas
criaturas son extremadamente protectoras de sus territorios pese a
que estos puedan ser temporales. Aunque generalmente migran en
bandadas pequeñas de menos de diez, se sabe que atacan en grandes
grupos cuando son acorralados, se viola su territorio o son
amenazados físicamente. Esto sugiere que deben de tener algún medio
de comunicación, ya que la interacción sólo mediante sonido es
bastante improbable para formas de vida capaces de vivir en el vacío.
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Este
parásito es la principal fuente de alimentación para las
gigantescas babosas espaciales que a menudo viven en los campos de
asteroides. Pero antes de ser digeridos, los mynocks se alimentan
durante algún tiempo de las venas de la babosa y sus revestimientos
intestinales. Se sabe de babosas espaciales que debido a su gran
tamaño albergaban grandes número de mynocks en el interior de sus
cuerpos. Por esta razón algunos espacio-puertos orbitales tratan de
tener al menos una babosa espacial en el recinto para controlar las
poblaciones locales de mynocks.
Como
están sedientos de energía constantemente, los mynocks se pueden
adherir a las naves espaciales que pasan, mordiendo los cables de
energía o sorbiendo en los puertos de iones. También pueden
absorber materia del casco de las naves haciendo que se disuelva
lentamente. Este es un problema que podría provocar graves daños si
no se repara a tiempo; desde hace años hay historias de muchas naves
y vidas que se han perdido debido a brechas en el casco. Las rutas
estelares están llenas de informes, tanto anecdóticos como
verificados de naves que despegaron para descubrir poco después que
uno o dos mynocks habían dañado el exterior de la nave o peor, eran
polizones que iban causando daño mientras la nave ya estaba volando.
A menudo los sensores de la nave detectan las brechas y las pérdidas
de integridad del casco, pero si los sensores fallan, los daños
pueden ser catastróficos. Además si una bandada de mynocks infesta
un espacio-puerto orbital, las pérdidas económicas pueden ser
graves y llevar a una compañía al borde de la bancarrota.
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En
años recientes ha surgido una nueva versión de deporte de caza
llamado “Inflar al mynock” en la que los cazadores hacen paseos
espaciales para disparar y cazar a los mynocks con granadas basadas
en helio las cuales se adhieren a los pellejos de las criaturas
haciendo que sus cuerpos se inflen como redondos balones. Las
criaturas mueren rápidamente y enseguida salen flotando. Se hacen
apuestas sobre que tirador puede inflar más mynocks.
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Varios
informes han documentado varias subespecies variantes del mynock.
Vynocks, una subespecie planetaria que respira aire. Se han
encontrado en el sistema Kalarba en el Borde Medio y en Corellia;
aparentemente esta subespecie no sufre la teórica alergia al helio.
Esta criatura plantea un problema particular para los sistemas
habitados, no sólo para las naves, los edificios, estructuras,
ganado e incluso los humanoides que duermen al raso están bajo
riesgo.
En
resumen, sin importar la variedad, los mynocks pueden representar un
peligro en cualquier entorno.
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