Distrito Star Wars

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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Jar Jar Binks







 

JAR JAR BINKS

Antes de que el  conflicto galáctico afectase a su planeta Naboo, Jar Jar fue deportado de la ciudad submarina Otho Gunga.

Su gran pecado: ser torpe a los ojos de todo su clan. Como diría en su dialecto gungano/básico: él provocó uno o dose asidentes: protó lo gaser, chocó heybibbles de jefe... y desterrao.
Como un desterrado que era, el gungan pasaba el tiempo en el pantano de Naboo sobreviviendo con marisco crudo o con cualquier cosa que el lóbrego ecosistema pudiese ofrecerle. Vagando en una ocasión por una zona clara del bosque, Jar Jar escuchó un sonido parecido a un trueno. Aquel ruido dio paso al retumbar de las pisadas de muchos animales de todos los tamaños y al ruido de motores. Jar Jar vio como una enorme máquina de guerra avanzaba hacia él y Jar Jar se quedó paralizado. De repente apareció un humano, Qui-Gon Jinn, que le salvó la vida. Jar Jar siguió a aquel hombre jurándole una deuda de vida. Poco después Qui-Gon le salvó la vida a Obi-Wan Kenobi. Ambos eran Jedi y precisaban de ayuda y Jar Jar se ofreció a llevarlos a su ciudad natal.
A su llegada a Otho Gunga fueron conducidos ante la presencia del Jefe Nass el cual, gracias a la mediación de Qui-Gon, permitió que los Jedi se llevasen a Jar Jar como guía en su viaje por los laberintos que conectaban los canales de Naboo.
En la ciudad de Theed, los Jedi rescataron a la Reina Amidala de las garras de la Federación de comercio y se decidió que debían partir hacia Coruscant.
Pero debido a los daños sufridos al traspasar el bloqueo, tuvieron que conducir la Nave Real hasta el planeta Tatooine para repararla.
Jar Jar acompañó a Qui-Gon a la ciudad de Mos Espa para buscar los recambios necesarios. Allí en una chatarrería conoció a un muchacho, Anakin Skywalker, con unas especiales habilidades que les ayudarían a resolver sus problemas para conseguir los repuestos necesarios. Pero sus continuas torpezas seguían metiéndolo en líos constantemente. En un mercado vio un suculento bocado y en su intento por zampárselo se metió en un buen follón con un dug llamado Sebulba. Gracias a la intervención de Anakin, salió bien librado del problema.
Una vez reparada la nave prosiguieron su viaje a Coruscant, llevándose con ellos al joven Anakin.

La Reina Amidala le pidió que contactase con los gungan. Con la ayuda de Jar Jar, los Naboo y los gunganos sellaron una alianza que liberaría al sitiado planeta de Naboo. Durante la batalla contra el ejército mecánico de la Federación de Comercio, Jar Jar fue nombrado general del Gran Ejército Gungan, después de la batalla, Jar Jar siguió ascendiendo en la sociedad gungana, dejando atrás su desagradable pasado de desterrado.

Finalmente Jar Jar se convirtió en el representante Senior de Naboo, sirviendo al lado de Padmé Amidala en el Senado Galáctico. Mientras que su compasión demostraba la enorme calidad de su carácter, su innata simplicidad y naturaleza confiada, eran utilizadas fácilmente por aquellos menos escrupulosos en el campo de la política. Para muchos Jar Jar era un chiste, objeto de mofa, pero en los confines corruptos del Senado, su figura larguirucha permanecía como un raro ejemplo de político no corrupto interesado solo en el mayor beneficio de la República y sus gentes.
Jar Jar era el miembro del Comité Leal, un grupo de senadores preocupados por la creciente amenaza del movimiento separatista que se estaba extendiendo por toda la galaxia. Él y Padmé trabajaron mucho para favorecer las negociaciones y una resolución pacifica del conflicto sobre la cada vez más popular Acta de Creación del Ejército. Mientras Padmé no estaba en Coruscant, Jar Jar era el que ocupaba su puesto en el Senado.
Tras varios intentos fallidos de asesinato contra la Senadora Amidala, que la forzaron a dejar la capital, Jar Jar ocupó su lugar. El político gungan estaba en el despacho de Palpatine cuando se hizo necesaria la toma de medidas desesperadas para detener a una fuerza separatista que estaba determinada a empezar una guerra con la República.
Jar Jar tomó la iniciativa y propuso una moción que le otorgase al Canciller Supremo Palpatine unos poderes de emergencia, un movimiento que supondría un profundo impacto en la República Galáctica.

UNIVERSO EXPANDIDO

 

Jar Jar era un huérfano que aún no tenía veinte años cuando fue desterrado de Otho Gunga. Pero a esa edad tan temprana el ya había cometido una gran cantidad de desastres. Las torpezas de Jar Jar provocaban accidentes de todo tipo como: problemas con el alcantarillado de la ciudad, la liberación accidental de los animales del zoo de Otho Gunga y la inundación de la mansión del Jefe Nass y burbujas adjuntas, mientras trabajaba como camarero. Sus torpezas provocaban muchos dolores de cabeza a los oficiales de Otho Gunga, en especial al capitán Tarpals

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