Distrito Star Wars

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jueves, 28 de junio de 2012

Estrella de la Muerte


ESTRELLA DE LA MUERTE


La Estrella de la Muerte era el nombre en clave de una indecible, poderosa y horrible arma desarrollada por el Imperio. La inmensa estación espacial tenía un arma capaz de destruir planetas enteros. La Estrella de la Muerte iba a ser un instrumento de terror par intimidar a los planetas desleales con la amenaza de la aniquilación. La enorme estación era la evidencia de lo malvado que era el Imperio Galáctico, pero también era una prueba de la gran debilidad del Nuevo Orden, pues creían que la tecnología y el terror eran superiores a la voluntad de los seres oprimidos que luchaban por su libertad.

La Estrella de la Muerte era una estación de batalla del tamaño de una pequeña luna. Era esférica y de color gris oscuro. Tenía una formidable colección de turboláseres y rayos tractores que le daban un poder de fuego mayor que el de toda la flota imperial reunida. Su enorme interior estaba ocupado por legiones de soldados imperiales y pilotos. También contaba con bloques de detención y celdas para interrogatorios. En el hemisferio norte había un disco cóncavo en el que se alojaba la principal arma láser de la estación.
Los esquemas técnicos de la Estrella de la Muerte fueron desarrollados por los técnicos de la Confederación de Sistemas Independientes durante las Guerras Clon. Con la derrota de los Separatistas y la transformación de la República en un Imperio, el proyecto de la Estrella de la Muerte recayó en las manos del Gran Moff Tarkin, uno de los gobernadores más prominentes del Imperio. La Estrella de la Muerte fue construida en secreto con muchas dificultades y tardó en construirse casi veinte años. Los espías de la Alianza Rebelde supieron de la existencia del arma y robaron los planos técnicos vitales de la estación. Estos espías desesperados, transmitieron los datos a la líder rebelde la Princesa Leia Organa que guardó los datos en los sistemas de memoria de R2-D2.

En una demostración brutal del poder de la estación el Gran Moff Tarkin disparó por primera vez su arma contra el pacífico planeta Alderaan. Leia Organa, prisionera imperial, fue obligada a ver como el láser reducía a polvo su amado planeta, convirtiéndolo a él y sus habitantes en rocas y cenizas en órbita.
Utilizando los datos técnicos robados, los tácticos de la alianza encontraron un punto débil en el diseño de la Estrella de la Muerte. Una pequeña salida de refrigeración comunicaba directamente la
superficie de la estación con el corazón de su colosal reactor. Si el hueco podía ser alcanzado por torpedos de protones, la reacción en cadena resultante destruiría la estación.
La Alianza Rebelde lanzó osadamente sus valiosas fuerzas de cazas contra la estación. Los imperiales confiaban tanto en el poder de la Estrella de la Muerte que nunca consideraron a los Rebeldes como una amenaza. Después de todo la estación estaba diseñada par resistir el ataque frontal de grandes naves capitales. Al principio el Imperio ni tan siquiera lanzó cazas TIE para repeler el ataque.
 Con la ayuda de Han Solo, el espíritu de Obi-Wan y el poder de la Fuerza, Luke Skywalker consiguió alcanzar el pequeño blanco y destruir la Estrella de la Muerte.
Tres años más tarde, la amenaza de la Estrella de la Muerte se volvió a hacer presente cuando la Alianza descubrió una segunda y mayor Estrella de la Muerte en construcción, cerca de la remota luna boscosa de Endor.

UNIVERSO EXPANDIDO

El proyecto Estrella de la Muerte encajaba perfectamente con la Doctrina del miedo propuesta por el Gran Moff Tarkin al Emperador Palpatine. En vez de gastar grandes cantidades de recursos para subyugar a los planetas, el Nuevo Orden haría en su lugar una demostración de fuerza que acabaría con cualquier actividad de traición. Con la aprobación de Palpatine, Tarkin convirtió esta visión en una realidad.
Aunque fue desarrollada por la Confederación durante las Guerras Clon, las aplicaciones y tecnologías eran tan extremadamente brillantes, novedosas y de una escala tan gigantesca que se necesitaron muchos años para su desarrollo. Muchos dudaban de que pudiese llegarse a convertir en una realidad y los repetidos, pero fallidos, intentos de sabotaje ayudaron poco a eliminar los temores de los más escépticos.
Cuando el proyecto del superláser alcanzó un punto crítico de desarrollo se reclutó o forzó a un grupo de científicos clave para el proyecto. Tarkin mantenía un laboratorio de alto secreto llamado en clave Instalación de las Fauces en una de las regiones más inhóspitas de la galaxia. Allí científicos como Qwi Xux, Tol Sivron y Bevel Lemelisk desarrollaron los diseños, conceptos y maquinarias que harían posible la Estrella de la Muerte.
Una vez hecha la prueba en un modelo que demostró que los refinamientos de la Estrella de la Muerte funcionaban, Bevel Lemelisk llevó los planos desde la Instalación de las Fauces hasta el remoto planeta Despayre. Allí fue necesario extraer con trabajos de minería los materiales necesarios para completar esta arma de terror. Tras largos años de trabajo, durante los cuales muchos esclavos murieron, la estación finalmente estuvo acabada. Para celebrar la ocasión y probar el superláser, Despayre se convirtió en el primer planeta que fue destruido por la gigantesca arma. El planeta que había sido la cuna de la Estrella de la Muerte fue fríamente aniquilado.
Incluso antes de que la estación fuese totalmente operativa sus bloques de detención empezaron a llenarse con alborotadores políticos, insurgentes rebeldes, peligrosas fuerzas piratas y otros enemigos del Imperio que silenciosamente desaparecían de la vista dentro de las enormes prisiones de la inclasificable estación de combate. Las tropas de asalto de la legión 501 se encontraban entre los batallones que protegían su interior.

Se vieron forzados a acabar con una fuga que se había producido en la estación. Tras este infortunado incidente la 501 fue destinada a otro puesto fuera de la estación.
La Estrella de la Muerte tenía 120 kilómetros de diámetro. La mayor parte de su interior estaba dedicada a los sistemas que se requerían para mantener el enorme superláser y la planta de energía. En el corazón de la Estrella de la Muerte había un gigantesco reactor de hipermateria. En el interior de esta cámara se producía una reacción de fusión de proporciones prodigiosas, alimentado por bombonas de combustible estelar alineadas en torno a su perímetro.
Para proporcionar la propulsión en el espacio real contaba con una red de poderosos motores de iones que transformaban la energía del reactor en el impulso necesario. Para que la estación fuese una amenaza viable era necesario que fuese móvil. Utilizando 123 generadores de hipervelocidad ligados a una sola matriz navegacional, la Estrella de la Muerte podía atravesar la galaxia a velocidades supralumínicas. Las increíbles energías utilizadas por la estación combinadas con su gran masa, le proporcionaban un campo magnético y gravitatorio artificiales iguales a los que hay en cuerpos orbitales de mayor tamaño. El superláser de la Estrella de la Muerte emana directamente del reactor de hipermateria. La amplificación de su cristal tallado combinado con el poder destructivo de ocho rayos que se funden en uno solo, golpea con la intensidad del corazón de una estrella. Aunque la potencia del disparo podía ser ajustada para destruir blancos más pequeños como naves capitales, las dos veces que el superláser se utilizó fue a plena potencia para destruir planetas.
En el interior de la Estrella de la Muerte hay dos orientaciones. Aquellas zonas más próximas a la superficie estaban ocupadas por cubiertas en las que la gravedad estaba dirigida hacia el centro de la estación. En las cubiertas internas la gravedad estaba dirigida hacia el polo sur de la Estrella de la Muerte.
Dividiendo a la estación en dos hemisferios iguales había una amplia trinchera ecuatorial de 376 kilómetros de longitud. 
Esta zona de la estación albergaba la mayor parte de las bahías de atraque, motores, sensores y sistemas de rayos tractores. A medio camino entre el ecuador y cada uno de los polos había dos trincheras suplementarias.
La Estrella de la Muerte estaba dividida en 24 zonas, 12 por hemisferio, cada una controlada por un “puente”. Para organizar mejor toda la actividad de a bordo había sectores específicos de operación. Estos incluían el General, Comando, Militar, Seguridad, Servicio y Técnico.
Dado que en la estación se necesitaba un amplio equipo, había distracciones civiles para hacer la vida a bordo más “confortable”. Parques, centros de compras y áreas de recreo se encontraban en el sector general de la estación.
Las operaciones de la Estrella de la Muerte estaban dirigidas por un triunvirato formado por el gobernador Tarkin, el almirante Motti y el general Tagge. Aunque separado de la estructura de mando, Darth Vader era una presencia influyente en la estación como emisario personal del Emperador. Estos oficiales de alto rango tomaban sus decisiones en el puente de mando, centro neurálgico de la Estrella de la Muerte. Esta sala de mando estaba situada justo en la parte superior del disco del superláser.
Esparcidas por toda la superficie de la Estrella de la Muerte había miles de armas: un total de 10,000 baterías turboláser, 2,500 cañones de iones y 768 proyectores de rayos tractores. La estación tenía una tripulación de 265,675 hombres más 52,276 artilleros, 607,360 soldados, 25,984 soldados de asalto, 42,782 empleados de mantenimiento y 167,984 pilotos y tripulantes de apoyo. En la estación también se transportaban 72,000 cazas, 4 cruceros, 3,600 lanzaderas de asalto, 1400 AT-AT y 1,860 naves de lanzamiento.
Un mercenario rebelde Kyle Katarn robó los planos de la Estrella de la Muerte de un archivo imperial en Danuta. Transmitió estos planos a los espías rebeldes en el sistema Toprawa. Estos planos se combinaron con otros datos técnicos similares proporcionados por Keyan Farlander que permitían construir un esquema completo de la Estrella de la Muerte.
Gracias a los esfuerzos de estos héroes rebeldes y otros, se encontró una debilidad en el arma más querida del Emperador.
Sin embargo, la Estrella de la Muerte fue sólo la primera de una larga serie de superarmas desarrolladas bajo la Doctrina Tarkin. Tras su destrucción le siguieron nuevas armas, incluido el Tarkin, la segunda Estrella de la Muerte, el Arma de la Galaxia, el Triturador de Soles y el Devastador de Mundos.

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