ANAKIN SKYWALKER
Un niño, cuyo nacimiento había sido
profetizado y que posiblemente fue concebido por la propia voluntad de la
Fuerza, Anakin Skywalker ha dejado una huella muy profunda en la historia de la
galaxia, conduciéndola a través de periodos de luz y oscuridad. Anakin y su
madre, Shmi, que eran esclavos en Tatooine, fueron vendidos por su propietaria
Gardulla la Hutt, al chatarrero toydariano sin escrúpulos Watto.
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Mientras estuvo con Watto, Anakin
adquirió valiosas conocimientos mecánicos y técnicos ganando la reputación de
ser capaz de arreglar cualquier cosa.
Estaba tan capacitado técnicamente, que a la
edad de 9 años fue capaz de construir un droide de protocolo, C-3PO, para
ayudar a su madre en las tareas domésticas.
Anakin era un niño desinteresado. No
había en él ni avaricia ni malicia. Lo que no quiere decir que fuese dócil.
Cuando le subía la adrenalina tenía una agresiva vena competitiva. La
participación en las temerarias carreras de vainas es una prueba de ello.
Anakin Skywalker era el único humano
conocido, capaz de soportar las altas velocidades de las vainas. Su pequeño
tamaño le permitía sentarse en la diminuta cabina y sus reflejos sobrehumanos
le daban la habilidad necesaria para correr con competidores alienígenas mejor
dotados para este deporte. Los reflejos de Anakin eran el fruto de la intuición
de la Fuerza, el chico podía ver cosas antes de que ocurriesen y así podía
obrar en consecuencia.
La sensibilidad a la Fuerza y sus
habilidades en la competición hicieron que su camino se cruzase con el del
Maestro Jedi Qui-Gon Jinn y la joven Reina de Naboo, Amidala. Ellos estaban
huyendo del bloqueo impuesto por la Federación de Comercio a Naboo y
necesitaban desesperadamente llegar a Coruscant. Para poder obtener las piezas
que necesitaban para reparar su nave estropeada, Anakin tomó parte en una
inteligente apuesta que dependía del resultado de la Carrera de Vainas de
Boonta Eve.
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Anakin empleó al máximo sus instintos
durante la carrera contra el maquiavélico piloto de vainas el dug Sebulba. El
chico venció al traicionero alienígena ganando no solo la carrera y las
necesarias piezas para la astronave, sino que también ganó su libertad. Además
se granjeó la atención y admiración de la Reina Amidala que en ese momento se
hacia pasar por una simple doncella. A
pesar de la diferencia de edades, ella tenía catorce y él nueve, él le dijo que
algún día ambos se casarían. Desafortunadamente Anakin no pudo conseguir la
libertad para su madre.
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Qui-Gon Jinn sentía el increíble
potencial de la Fuerza en el niño y al analizar su sangre descubrió que en ella
había un elevado número de midiclorianos, más aún que en la sangre de Yoda. Cuando
se fue con Qui-Gon para iniciar su entrenamiento como Jedi, Anakin tuvo que
dejar atrás a su madre y aunque una
nueva vida de aventuras le aguardaba fuera del planeta, sus pensamientos se quedaron con la amable y tranquila Shmi. Qui-Gon
creía que Anakin era el elegido del que se hablaba en una antigua profecía,
aquel que traería el equilibrio a la Fuerza pero el Consejo Jedi rechazó
entrenar al chico, pues sentían que su futuro estaba oscurecido y que era
demasiado mayor para empezar a entrenarse.
Después de la liberación de Naboo, a la
que Anakin contribuyó pilotando un caza hasta el mismísimo corazón de la navede control droide de la Federación de Comercio, el Consejo cambió su primera
decisión y permitió a Obi-Wan que tomase al chico como su padawan.
Durante la siguiente década se creó entre
ellos un fuerte lazo. Bajo la cuidadosa guía de Obi-Wan, Anakin se convirtió en
un atrevido y obstinado joven de veinte años de naturaleza impulsiva e instinto
para la aventura. Sus conductas atolondradas conseguían agotar muchas veces la
paciencia de Obi-Wan, pese a lo cual eran muy buenos amigos. De algún modo,
Anakin veía a Obi-Wan como el padre que nunca había tenido.
Anakin y Obi-Wan fueron designados para
proteger a Padmé Amidala, que ahora era senadora de Naboo, de los intentos de
asesinato posiblemente ligados con los separatistas que amenazaban a la
República. Era la primera vez que Anakin y Padmé se veían en diez años. Él
había pensado en ella todos los días desde la última vez que se vieron, pero
ella parecía distanciada y demasiado ocupada con los importantes asuntos con
los que trataba. Esto fue un desafío para Anakin. Él había sido educado en las
normas Jedi desde niño, y como tal debía tener un gran control de sus
emociones. Sin embargo, su mente estaba ocupada con pensamientos sobre Padmé o
su madre. Él no había sido capaz de aprender la disciplina tan necesaria en la orden Jedi.
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Cuando fue enviado a escoltar a la senadora Amidala a Naboo, donde ella estaría oculta a nuevos ataques mientras los Jedi investigaban la situación, Anakin apenas pudo contener sus sentimientos. En la tranquila soledad, mezclada con los hermosos paisajes de un escondido retiro | |
en un lago de Naboo, la cariñosa amistad
y profundos sentimientos compartidos por Padmé y Anakin empezaron a crecer. Fue
Padmé la que permaneció fuerte para enfrentarse a sus nacientes emociones. Los
dos tenían grandes responsabilidades, él para con la orden Jedi y ella con la
República. Simplemente no había tiempo para satisfacer sus deseos.
Una noche, Anakin tuvo pesadillas sobre
su madre. Desafiando las estrictas ordenes que le había dado Obi-Wan, Anakin
dejó Naboo para volver a Tatooine y buscar a su madre Shmi. Padmé lo acompañó a
Mos Espa donde descubrió que su madre había sido liberada por un granjero de humedad llamado Cliegg Lars con el que después se había casado. En la granja de los Lars, Anakin recibió
terribles noticias. Su madre había sido atacada por la gente de las arenas y ya
llevaba un mes desaparecida.
Anakin recorrió el desierto buscando a
Shmi y la encontró en un campamento Tusken. Se deslizó dentro de la tienda
donde ella estaba presa liberándola de sus ataduras, pero sus heridas eran muy
graves y Shmi murió en los brazos de su querido hijo. Entonces Anakin perdió el
control. Estaba poseído por un odio oscuro que controlaba todas sus acciones.
Blandiendo su sable, Anakin salió de la tienda y masacró a todo el campamento.
Todos los Tusken fueran hombre, mujer o niño murieron por su mano. Pero incluso
esto no satisfizo su rabia. Sentía un odio profundo hacia todos ellos.
Anakin regresó a la granja de los Lars
con el cuerpo de su madre. En privado le confesó a Padmé sus atrocidades.
Avergonzado por sus acciones y la incapacidad para salvar a su madre, Anakin se
derrumbo sollozando por lo que había hecho. Padmé lo consoló lo mejor que pudo.
Un silencioso funeral tuvo lugar en la
granja de los Lars. Anakin dio su último adiós a Shmi prometiéndole que nunca
más le fallaría. Sabía que algún día sería lo suficientemente poderoso para no
fallar a aquellos a quienes quería y que
tal vez algún día, incluso podría impedir que la gente muriese.
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Anakin y Padmé después fueron a Geonosis, lugar a donde Obi-Wan Kenobi había sido llevado por sus investigaciones. Kenobi había sido capturado por las fuerzas Separatistas y Anakin quería rescatarlo. Anakin y Padmé se introdujeron en una fundición del planeta donde se vieron atrapados en medio de |
las máquinas
de la cadena de montaje. Él y Padmé fueron capturados y se
reunieron con Kenobi en la arena del estadio de ejecuciones. Enfrentada a la
aplastante evidencia de la proximidad muerte, Padmé dejo salir sus sentimientos
y declaró su amor a Anakin, amor que él estaba deseando devolverle, a pesar de
las consecuencias.
Los Jedi y Padmé consiguieron escapar de
una muerte segura a manos de unas peligrosas bestias liberadas por sus
ejecutores geonosianos. El espectáculo se interrumpió cuando llegaron los
refuerzos Jedi y entonces comenzó la primera batalla de las Guerras Clon. Obi-Wan
y Anakin trataron de interceptar al Conde Dooku, el cabecilla de los
separatistas antes de que escapase para
acrecentar aún más la rebelión contra la República. En un oscuro hangar se
enfrentaron a Dooku. Aunque Obi-Wan insistía en que lo atacasen juntos el
impetuoso Anakin se precipitó al combate. Dooku por poco lo deja fuera de
combate con un poderoso rayo del lado oscuro.
Obi-Wan tuvo que enfrentarse a Dooku
solo, pero el viejo Maestro Jedi era un combatiente más hábil. Hirió a Obi-Wan
y se disponía a matarlo cuando Anakin saltó y lo interceptó. Dooku y Skywalker
se batieron con fiereza, pero pronto Dooku se demostró demasiado poderoso,
incluso para el elegido. El Jedi renegado superó las paradas de Anakin y cortó
el brazo del joven. Anakin se desplomó pero se libró de la muerte gracias a la
oportuna aparición del maestro Yoda, que combatió con Dooku.
Después de una breve convalecencia,
durante la cual el brazo amputado fue reemplazado por uno mecánico, acompañó a
la senadora Amidala de vuelta a Naboo. Allí, en el apartado retiro del lago, en
una glorieta cubierta de rosas desde la que se divisaba el lago, fueron unidos
en matrimonio por un sacerdote de Naboo, en una ceremonia presenciada
únicamente por R2 y C-3PO. Lo que debía ser el inicio de una nueva vida era
solo otro paso de la destrucción de Anakin. Si Anakin se sintió limitado
durante su entrenamiento como padawan, las Guerras Clon demostraron ser un reto
aún mayor para su temperamento. Siendo aprendiz de Obi-Wan en la más fiera
lucha a la que la República se había enfrentado en muchos siglos, Anakin se
convirtió en un hombre contra el telón de fondo de una guerra de apariencia
incesante.
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A pesar de los tópicos Jedi sobre la paz
y la paciencia, Anakin encontraba vigor en las batallas de las Guerras Clon. Se
sentía vivo en combate, y sus increíbles habilidades en la Fuerza se
agudizaban.
Anakin en solitario transformó en muchas ocasiones derrotas inevitables
en victorias. Encuentros en planetas como Cato-Neimoidia y otros, cimentaban
las reputaciones legendarias de Anakin y Obi-Wan.
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A lo largo y ancho de la República, los
ciudadanos contaban historias de los dos héroes Jedi, la fotogenia y osadía de
Anakin le hicieron ganarse el sobrenombre de El Héroe sin miedo. Skywalker se
convirtió en una celebridad del estado, a pesar de los dictados Jedi que
estaban en contra de tales premios.
Pero esto no implica que la guerra tuviese
sus dificultades. Una y otra vez, los separatistas atacaban y Anakin se
encontraba reprimido por sus votos Jedi. No podía compartir sus oscuros
pensamientos con sus compañeros Jedi, pensamientos que le perseguían desde la
aciaga noche en el poblado Tusken. Sabía que ese camino era el que conducía a
un mayor poder, pero que también llevaba al lado oscuro. Con la única persona
que se sentía cómodo contándole sus problemas era un amigo que tenía desde sus
días de héroe infantil en Naboo: El Canciller Palpatine.
Palpatine alababa los talentos de Anakin.
En cierto modo Anakin sentía que Palpatine era el único que no le pedía nada.
Sólo dejaba que Anakin fuese el mismo y le apreciaba por sus esfuerzos y
talentos. No establecía fronteras ni mendigaba su ayuda.
Otra pena para Anakin era la ausencia de
su esposa. Durante largas semanas que a veces se convertían en meses, Anakin no
veía a Padmé. Como una dedicada senadora, estaba atenta a la guerra, pero mucho
de su interés en los informes de la contienda era de origen personal. Los cinco
meses que estuvieron separados durante el asedio del Borde Exterior, rompieron
sus corazones.
En el último año de las Guerras Clon,
Anakin y Obi-Wan estaban destinados en el Borde Exterior cuando les llegó una
estremecedora noticia: Coruscant estaba siendo atacado. En el planeta no sólo
estaba su querida esposa. También estaba su buen amigo el Canciller Palpatine
que había sido capturado por el desalmado General Grievous y sus fuerzas
droides.
Con una gran determinación Anakin, Obi-Wan y las fuerzas de la República se
marcharon a Coruscant para detener el ataque al corazón de la República.
Obi-Wan y Anakin se infiltraron en la nave insignia y se dirigieron hacia lo
que era una trampa segura. A bordo de la nave encontraron a Palpatine
prisionero y de nuevo se enfrentaron al Conde Dooku.
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En el duelo que siguió, Obi-Wan quedó
inconsciente por un golpe telquinético dirigido por el Conde Dooku. Anakin
continuó en solitario azuzado por las palabras de Palpatine. Anakin rebanó las
manos de Dooku dejando al Lord del Sith indefenso. Bajo la insistencia de
Palpatine, Anakin mató a Dooku, decapitando al líder Separatista.
Instantáneamente se arrepintió de esa decisión a pesar de la oleada de poder
que sintió al hacerlo.
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Palpatine trató de convencer a Anakin de que era
necesario. Dooku era demasiado peligroso para mantenerlo con vida.
Kenobi, Skywalker y Palpatine intentaron
huir de la nave, pero fueron capturados por las fuerzas droides del General
Grievous. Cuando fueron llevados ante el General que estaba en el puente de la
nave, Anakin, sorprendentemente, recomendó utilizar como táctica la paciencia.
Completamente seguro, su fiable droide astromecánico R2 les proporcionó una
distracción mecánica que permitió a Anakin y Obi-Wan atacar a sus guardas y
obtener sus armas.
Grievous escapó, pero la nave insignia
sufrió demasiados daños durante la Batalla de Coruscant como para permanecer en
vuelo. La gravedad del planeta atrajo a la nave hasta la atmósfera y Anakin
pilotó la nave partida para ponerla a salvo. Y como era de esperar tuvo éxito.
De nuevo probó ser un héroe al rescatar a Palpatine, vencer a Dooku y regresar
a casa sano y salvo.
Finalmente, de vuelta a Coruscant, Anakin
se reunió con Padmé. La reunión fue agridulce, por una parte Padmé le dio la
noticia de que estaba embarazada, lo que complicaba las cosas más. Se
preguntaron como podrían seguir manteniendo su relación en secreto con esta
nueva complicación. Anakin trató de verle el lado positivo, pero pronto se vio
invadido por pesadillas que él temía que fuesen proféticas. Soñaba
continuamente con que Padmé moría en el parto.
Además de esta pesada carga había más
peso sobre los hombros de Anakin. Estaba en medio de una lucha política entre
le Consejo Jedi y el Canciller. Durante las Guerras Clon el poder del Canciller
Palpatine se vio aumentado con poderes ejecutivos en el nombre de la seguridad
y algunos en el Consejo Jedi, incluido Mace Windu, sospechaban cada vez más de
los motivos de Palpatine. Pensaban que Palpatine trataría de convertir al
Consejo en un instrumento en manos de la oficina del Canciller.
Palpatine confiaba en Anakin. Su amistad
hizo que el Canciller lo nombrase su representante especial ante el Consejo.
Normalmente el Consejo Jedi no aceptaba influencias externas, que influyesen en
sus decisiones, pero los Jedi tenían un plan. Utilizarían a Anakin para conocer
las actividades del Canciller. Aunque no figurase en acta o en ninguna
grabación, el Consejo le pidió a Anakin que espiase al Canciller.
Específicamente Obi-Wan hizo la petición personalmente.
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Anakin estaba rabioso. Ya era bastante
malo que el Consejo Jedi se viese envuelto en tal traición, pero era peor
pedírselo de una forma tan poco ortodoxa… y que para colmo se lo propusiese su
antiguo maestro. Pero estaba más enfadado por no haber sido nombrado maestro.
Era el mayor insulto que jamás había oído.
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En lo más profundo de su ser pensaba
que era más poderoso que todos aquellos anticuados Maestros Jedi. Anakin
imaginaba que ellos temían a su poder, ideas que Palpatine había alimentado con
sus palabras.
Fue en estos momentos de gran confusión
para Skywalker cuando Palpatine se abrió a él. En el transcurso de una
tranquila conversación en el Teatro de la Ópera Galaxias Palpatine le contó la
antigua leyenda Sith de Darth Plagueis el Sabio. Palpatine le explicó que
Plagueis, un señor Sith tenía habilidades que algunos describirían como
antinaturales. Como un antiguo alquimista, el podía obtener vida manipulando
los midiclorianos o evitar la muerte de otros. Éste era el prometido poder
Sith, sugirió Palpatine. Anakin que había estado buscando el modo de evitar que
Padmé muriese lo escuchó atentamente.
Anakin le preguntó a Palpatine como había
obtenido ese conocimiento secreto y acusó al
Canciller de ser un señor del Sith. El Canciller no hizo nada para
disuadir a Anakin de esa idea. Por el contrario, le ofreció a Anakin el
conocimiento y el poder que el lado oscuro prometía. Le ofreció a Anakin un
camino a la Fuerza que no tenía reglas, códigos o fronteras.
Anakin dio parte del Canciller a Mace
Windu, ganándose la confianza del Maestro Jedi. Windu formó un equipo de Jedi
capaces de arrestar ala Canciller, pero no dejó que Anakin fuese con ellos. Al
quedar solo, con sus atormentados pensamientos, Anakin comprendió que Palpatine
era su única oportunidad para salvar a Padmé. Corrió hacia la oficina de
Palpatine y descubrió que Mace Windu estaba a punto de acabar con el señor del
Sith.
Palpatine le pidió ayuda llamando a Windu
traidor y explicando como los Jedi pretendían hacerse con el liderazgo de la
República. Mace negó esto identificando a Palpatine como un traidor. Con estos
discordantes argumentos luchando por conseguir su lealtad, Anakin se desvió.
Sacó su sable láser y puso fin a la situación.
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El sable de Anakin sesgo el brazo de Mace
Windu. Con sus defensas rotas, Windu fue vencido con facilidad por el Canciller
Palpatine. El señor del Sith, ahora ya desvelado como Darth Sidious, mató al
Consejero Jedi con un ataque masivo de rayos Sith que lanzaron a Mace Windu al
exterior, por la ventana destrozada de la oficina del Canciller.
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Con la muerte de Mace Windu, Anakin se
había metido de lleno en el camino oscuro. Se arrodilló ante Darth Sidious
declarándose un sirviente de los Sith. Contento, Sidious le dio a Anakin un
nombre Sith: Darth Vader. Con la promesa de nuevos poderes, Sidious envió a
Vader a destruir el Templo Jedi.
En esa terrible noche en Coruscant Anakin
se convirtió en el azote de los Jedi. Llevó a un escuadrón de soldados clon al
corazón del Templo Jedi. Mataron a todos los que estaban allí. Con sus ojos
ardiendo con la llama Sith estaba claro que Anakin ya no era el héroe de
antaño. Estaba totalmente sumergido en la oscuridad, tanto para segar las vidas
de los pequeños Jedi.
Skywalker ya no existía. Ya no podía oír
las súplicas que sus amigos o amados le hacían para que volviese de la
oscuridad. Como Darth Vader mató a los líderes Separatistas trayendo el fin a
las Guerras Clon. En su rabia casi mató a su esposa completando la terrorífica
visión que le había hecho volverse hacia la oscuridad. Cuando su antiguo
maestro trató de detenerlo en su carrera de destrucción, Vader sufrió graves
heridas en el duelo con sables láser que se desarrolló en Mustafar.
Vader precisó refuerzos e implantes
cibernéticos para mantenerse con vida. Su inocencia pura parecía perdida para
siempre. Vader proyectó una oscura sombra sobre la galaxia siendo él uno de los
principales responsables de la eliminación de la orden Jedi.
Pero Obi-Wan sobrevivió lo suficiente
para empezar a entrenar a Luke Skywalker, el hijo de Anakin, como Jedi. El
joven Skywalker luchó por liberar a su padre de las ataduras de lado oscuro. Al
final, Luke liberó el espíritu de Anakin que habitaba en lo más hondo de la
armadura negra, y Anakin se volvió contra su maestro. Anakin mató al Emperador
Palpatine, pero fue herido mortalmente.
En la segunda Estrella de la Muerte
durante la Batalla de Endor, Anakin Skywalker se estaba muriendo. Le pidió a su
hijo que le quitase el casco y la máscara que le permitía respirar, para así
poder ver a su hijo con sus propios ojos. Habiendo salvado la vida de su hijo y
liberado su alma del lado oscuro, Anakin murió y se hizo uno con la Fuerza. Su
forma espectral, contempló a sus dos hijos, los gemelos Luke y Leia, durante la
fiesta de celebración Ewok en Endor.
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UNIVERSO EXPANDIDO
Cuando Anakin era un niño, con frecuencia
se arriesgaba para ayudar a aquellos que lo necesitaban sin pensar en las
consecuencias. Cuando tenía cinco años, trepó a una duna para espantar a unos
banthas, a fin de que no fuesen tiroteados por unos cazadores.
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En varias
ocasiones cayó agotado, pero él no cejó en su empeño para salvar a los
animales.
Unos pocos años más tarde, entró en la
fortaleza de Gardulla la Hutt para liberar a los niños Ghostling que estaban
atrapados allí. Ni el riesgo de enfurecer a la Hutt o a Sebulba, quien la
proveía de los Ghostling como esclavos, detuvo al niño.
Cuando tenía nueve años, poco antes de
conocer a Qui-Gon Jinn, Watto le envió a negociar con los jawas para adquirir
unos androides, ya que era muy bueno en esa clase de trabajo. Acompañado de
C-3PO, se dirigió en su speeder al punto de reunión con los jawas.
Los jawas lo estaban esperando en el
Mochot Steep, una singular formación rocosa en el medio del desierto. Aconsejado
por C-3PO, consiguió dos androides mecánicos en excelente estado, tres
multitarea en buenas condiciones y un convertidor de hiperespacio que se podía
poner en funcionamiento fácilmente. De regreso a Mos Espa, notó algo extraño y
decidió investigar.
Descubrió el cuerpo de un guerrero tusken
que yacía a los pies de un acantilado, medio enterrado por una pila de piedras
y con una pierna atrapada bajo una gran roca. Con la ayuda de los androides y
del speeder, logró retirar las piedras y liberar al Tusken. Después comprobó el
estado de sus heridas y vio que la pierna atrapada tenía los huesos rotos por
varios sitios. Con el material que tenía en el botiquín del speeder, le hizo
las curas y por último le entablilló la pierna. Anakin permaneció toda la noche
con el herido hasta que por la mañana la tribu del Tusken herido fue a
recogerlo.
La afición de Anakin por las vainas,
surgió de forma accidental. Unos años antes de ser liberado, Anakin pilotó una
vaina propiedad de Watto para probarla y lo hizo de una forma excepcional.
Dándose cuenta de su talento, Watto permitió que el chico continuase pilotando, viendo los
potenciales beneficios que le proporcionaría. Lo que menos sospechaba Watto es
que Anakin había comenzado a construir su propia vaina en secreto, con la cual
algún día ganaría su libertad.
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Cuando formaba parte de la Orden Jedi, el
poder y las habilidades de Anakin se hicieron legendarias tanto como su
impaciencia e imprudencia. Harto de su sosegada existencia en los tranquilos
pasillos del Templo Jedi, Anakin satisfacía sus ansias de velocidad
aventurándose en el corazón de las infraestructuras de Coruscant. Allí podía
correr por los enormes sistemas de
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alcantarillado de la ciudad-planeta
arriesgando su vida a cambio de sentir el ímpetu de la gran aceleración.
Cuando se hizo mayor su pesadillas se
hicieron peores. El seguía teniendo sueños sobre un futuro oscuro y terribles
acontecimientos acechando en el horizonte. Obi-Wan le reprendía por dejarse
llevar por el miedo y no usar la Fuerza para controlar sus emociones. A pesar
de hacerse más poderoso en la Fuerza, Anakin siempre tropezaba con esta
dificultad. Muchos temían que Anakin fuese demasiado poderoso para poder
controlarlo.
Durante una misión para encontrar a un
Jedi perdido en Zonama Sekot, Anakin fue retado por un asesino Blood Carver
llamado Ke Daiv. Anakin incapaz de controlar años de emociones reprimidas,
atrapó y mató a Ke Daiv. Esta fue la primera vida que Anakin segó con ayuda de
la Fuerza. La intensidad de las emociones de ese momento le atraparon para
siempre.
A los trece años, Anakin participó en un
importante ritual Jedi. Viajó a las cavernas congeladas de Illum para
comunicarse con la Fuerza En una gruta, poderosa en la Fuerza, Anakin tuvo una
fantasmagórica visión de su madre y el guerrero Sith muerto Darth Maul. Sin
permitir que sus miedos le paralizasen, avanzó a través de la alucinación para
descubrir que había conseguido los cristales illum necesarios para construir su
primer sable de luz.
Poco después Anakin fue capturado por el
temible pirata Krayn que puso al joven Anakin a trabajar en una oscura factoría
procesadora de especia. Otro Jedi de incógnito, Shiri Tachi, organizó una
revuelta de esclavos que derrocó el imperio de Krayn. Anakin se enfrentó a
Krayn, matando al tirano.
Justo antes de las Guerras Clon, en el
pequeño pero estratégico planeta de Ansión había una facción que pretendía
unirse al movimiento separatista. A petición del Canciller Supremo Palpatine,
el consejo Jedi envió a dos Caballeros Jedi, Obi-Wan Kenobi y Luminara Unduli
junto con sus padawan Anakin Skywalker y Barriss Offee, a resolver el conflicto.
Allí establecieron contacto con los nativos de Ansion y consiguieron que se
firmase un tratado entre los habitantes de las ciudades y los nómadas con lo cual
evitaron que Ansion se uniera al movimiento separatista.
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Las Guerras Clon vieron el continuo
ascenso de la estrella de Anakin y como sus hazañas se hacían legendarias. Un
increíble piloto de caza que voló en misiones sobre Kamino, Balamark, Virujansi
y otros muchos planetas cimentando una gran reputación por sus incomparables
habilidades. Él modificó su caza delta 7
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convirtiéndola en una nave única que
superaba a todas las naves de su línea.
La guerra convirtió en un hombre a
Anakin, pero también alimentaba su orgullo. Cada vez le resultaba más difícil
seguir las estrictas reglas del Código Jedi sobre todo cuando la Orden, por
causa de la guerra, se movía en un terreno moral tan nebuloso. Cuando podía le
escribía a su querida Padmé, pero raramente la veía.
Durante la Batalla de Muunilinst a Anakin
se le encargó el ataque al planeta sede del Clan Bancario Intergaláctico, un
miembro clave en la Confederación de Sistemas Independientes. Sus excepcionales
habilidades de vuelo y liderazgo de los pilotos clon le proporcionaron la
victoria. Anakin, sin embargo, se apartó de la batalla siguiendo a una atrevida
y brillante nave. A pesar de que Obi-Wan le dijo varias veces que no lo
siguiese, Anakin persiguió al misterioso caza con forma de abanico hasta las
junglas de Yavin 4. Bajo el dosel de la jungla, en medio de las ruinas de los
antiguos templos Sith, Anakin se batió en duelo con Asajj. Sus feroces ataques
de sable iluminaban los oscuros alrededores. Anakin venció a Asajj, pero sólo
por su odio acercando de nuevo al joven Jedi al lado oscuro de la Fuerza.
Durante las Guerras Clon Anakin y Obi-Wan
se separaron en contadas ocasiones siendo enviados como equipo a varios frentes
de batalla. Al ser un caballero Jedi Obi-Wan recibió el rango de General y
Anakin era su teniente. En el lluvioso planeta de Jabiim Skywalker tuvo que
tomar el mando. Se suponía que Obi-Wan había muerto en un ataque separatista y
Skywalker lideró a un grupo de padawans “huérfanos”. En medio de la batalla
Anakin recibió un comunicado prioritario del Canciller Supremo Palpatine. El
gobernante galáctico quería que Anakin supervisase en persona la evacuación de
Jabiim.
Aunque le apenaba el no poder luchar al
lado de sus camaradas en la batalla final, tenía que obedecer la autoridad de
Palpatine, que además era su amigo íntimo. La evacuación de Jabiim se convirtió
en una operación fea y controvertida pues las fuerzas de la República
abandonaban el planeta para dejarlo a su suerte. El capitán Gillmuun, líder de
los leales Jabiimi, reclamó venganza a Anakin y a la Orden Jedi. Empujó con un
arma a Anakin, el cual reaccionó utilizando la Fuerza para aturdir a Gillmuun.
Ese aterrador poder de la Fuerza le llegó a Anakin de una forma muy sencilla
aunque era la primera vez que había utilizado de tal forma el místico campo de
energía.
Tras evacuar Jabiim, Anakin fue destinado
a los centros médicos de New Holstice. Conoció a A´Sharad Hett, un joven Jedi
criado en la cultura Tusken. Dado el odio que Anakin sentía por los moradores
de las arenas debido al asesinato de su madre, Skywalker tenía un gran
conflicto interno cuando formó equipo con Hett en una misión en Aargonar.
Incapaz de expresar sus prejuicios y odio hacia Hett, Anakin proyectó su ira
sobre un grupo de tropas yuzzem de la Confederación. Imaginando que eran los
tusken que habían torturado y matado a su madre, Anakin eliminó a las tropas
alienígenas.
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Después de liberar sus emociones, Anakin
le reveló su secreto a Hett. Por fin el atribulado joven pudo verlo como un
compañero Jedi y no como un guerrero tusken. A`Sharad se quitó su máscara
tusken mostrándole sus rasgos humanos a Anakin. Hett decidió guardar en secreto
la carga de Anakin, ya que Anakin tenía pensado confesar sus transgresiones al
Consejo Jedi.
Pero nunca lo hizo.
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