FEDERACIÓN
DE COMERCIO
La
República ha disfrutado durante siglos de crecimiento y prosperidad; era
inevitable que la riqueza impulsaría a los avariciosos a igualarla. Los
diferentes instrumentos de intercambio y comercio se unieron en organizaciones
que se expandían por la galaxia para agrandar sus beneficios. Coaliciones como
la Federación de Comercio, el Gremio de Comercio, Tecno Unión y el Clan
Bancario Intergaláctico, consolidaron sus mercados individuales bajo gobiernos
con el poder suficiente para influir en las acciones del Senado Galáctico.
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La
Federación de Comercio era un consorcio de comerciantes y transportistas que
controlaban eficazmente el tráfico de mercancías en la galaxia. Bajo el mando
de los intrigantes neimoidianos, había obtenido suficiente poder para tener una
representación completa en el Senado Galáctico, como si fuera un planeta
miembro. Para frenar a la Federación de Comercio, así como para recaudar fondos
para un gobierno sobrecargado, la República aprobó los impuestos para las rutas
de comercio de la periferia.
Enfurecida,
la Federación de Comercio, bloqueó descaradamente el pacífico planeta Naboo
como protesta. Su flota de grandes naves
de batalla rodeó el tranquilo planeta, interrumpiendo el suministro de
provisiones de primera necesidad. La atrevida acción causó un gran revuelo en
el Senado provocando otro escándalo en la accidentada carrera del Canciller Valorum. Ansioso por resolver la disputa, envió en secreto a un par de
embajadores Jedi a Naboo para negociar con los neimoidianos.
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Lo
que no sabía nadie en la galaxia era que la Federación de Comercio no era mas
que un mero peón en un juego mucho más grande. La promesa de unos pingües
beneficios atrajo a los líderes de la Federación de Comercio, Nute Gunray y
Rune Haako, a una asociación con un misterioso benefactor Sith. Este sombrío
Darth Sidious manipuló cuidadosamente al Senado, empantanando la institución
con procedimientos, mientras que la Federación de comercio trataba de presionar
a la monarca de Naboo para legitimizar la ocupación.
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La
Reina Amidala, la gobernante de Naboo, permaneció firme en su posición. Los
normalmente cobardes neimoidianos hicieron entonces lo impensable. Azuzados por
el Lord Sith, la Federación de Comercio comenzó una invasión de Naboo a toda
escala.
Aunque
era bien sabido que el presupuesto ajustado de
la Federación de comercio confiaba en los droides de trabajo, el alcance
de su ejército de invasión fue impactante. Legiones de droides de batalla a
bordo de modernas naves de guerra desembarcaron en las avenidas engalanadas con
vides de las ciudades de Naboo. La dominación fue rápida. La población de Naboo
no estaba preparada.
Gunray,
Haako e incluso Sidious fueron incapaces de ver la valentía y fortaleza de
Amidala. Escapó de sus garras y convocó a los nativos gunganos para unirse en
una creciente fuerza de resistencia. Juntos fueron capaces de derrocar a sus
opresores. Haako y Gunray fueron arrestados. Los neimoidianos, sin embargo,
mantuvieron en secreto la existencia de Darth Sidous.
Tras
la reprimenda del Senado por el incidente de Naboo, la Federación de comercio
continuó operando, convirtiéndose en la más influyente en el caos político que
seguiría. Gunray evitó las consecuencias de sus transgresiones e incluso, tras
cuatro juicios en la corte Suprema, se las arregló para mantener su título de
virrey.
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Traicionado
por su benefactor Sith, Gunray se alió con el conde Dooku, un Jedi renegado que
lideraba un creciente movimiento separatista en la galaxia. Dooku contaba con
grandes y numerosos intereses comerciales en su revolución y sus promesas de
compromiso total con el capitalismo resonaron profundamente entre los
codiciosos.
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Gunray
estaba deseando que las fuerzas de la Federación de Comercio se uniesen a la
CSI con una condición: la muerte de Padmé Amidala. La joven política de Naboo
se convirtió en el blanco de varios intentos de asesinato, pero logró escapar
una y otra vez. Aún así, Gunray comprometió a la Federación de Comercio con la
causa separatista y en la primera batalla de las Guerras Clon el ejército
droide de la Federación luchó contra el ejército clon de la República.
UNIVERSO
EXPANDIDO
La
Federación de Comercio se fundó más de 350 años antes de la Batalla de Yavin
por las principales fuerzas de transporte y comercio de la época. No estuvo
siempre bajo los auspicios de los neimoidianos, pero la naturaleza perspicaz y
competitiva para los negocios de la despiadada especie, les condujo a obtener
una posición de control sobre la Junta Directiva.
En
las últimas décadas de la República, la Federación de Comercio creció más de lo
que nunca se había imaginado, absorbiendo pequeñas corporaciones a medida que
se expandía. La magnitud de la flota mercante de la Federación era suficiente
como para causar alarma en el Senado, debido a que si una fuerza de semejante
tamaño fuese usada en contra de la República, habría pocas posibilidades de
pararla. Así, a medida que la Federación se hacía más grande, la República
empezó a dictar leyes para limitar sus operaciones.
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Los
neimoidianos podían utilizar el aumento de la piratería en el Borde Exterior
como motivo para armar sus naves. Con su influencia política y sus descarados
sobornos a oficiales clave del Senado, pudieron legalizar la puesta de cañones
láser y armamento similar en sus naves de transporte. La promesa de una
cuantiosa donación hizo que muchos inspectores de armamento mirasen para otro
lado. Los neimoidianos pudieron construir una flota de naves de guerra a buen
ritmo.
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La
Federación, preocupada por minimizar los gastos de sus operaciones, prefería
droides de trabajo baratos y desechables siempre que fuese posible. Las
corporaciones aliadas, como Ingeniería Haaor Chall, las fundiciones Baktoide y
otras, proveían a los neimoidianos con unas reservas aparentemente inagotables
de droides sirvientes. Como la siempre paranoica directiva buscaba proteger sus
mercancías, estos constructores de droides también proporcionaron soldados y
vigilantes mecánicos.
A
pesar de saber que la Federación de Comercio se estaba armando, nadie esperaba
una reacción tan incendiaria como la invasión de Naboo. Los neimoidianos
durante mucho tiempo tuvieron cuidado de esquivar la contención comprando
victorias en el Senado. Las tácticas agresivas no iban con ellos. El
mantenimiento de un ejército de invasión y el sometimiento a gran escala de
Naboo fue una jugada extraña para la Federación.
La
consecuencia de la invasión fallida hizo que muchas economías entrasen en
barrena. La Federación fue lo suficientemente fuerte para sobrevivir al
escándalo, casi con su directiva intacta. Parece que los neimoidianos
aprendieron poco de su aventura. Tras la Batalla de Naboo crearon un cuerpo de
asesinos en un intento de venganza precisa contra los Jedi.
Tres
años después del incidente de Naboo la República empezó a dispersar las fuerzas
armadas de la Federación de Comercio. O al menos los neimoidianos hicieron que
el Senado se lo creyese…
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